Parecería inevitable que para muchas parejas, esta fecha sea el momento de pasar al siguiente nivel y se consolide la voluntad de seguir compartiendo una vida juntos.
Los tiempos han cambiado y aunque para la mujer y el hombre moderno, el matrimonio no es algo que les quite el sueño, ni tampoco un indicativo de realización, el casamiento puede mantenerse guardado al interior de su caja de secretos como una ilusión. En nuestra sociedad, estas uniones siguen simbolizando un emotivo momento, en el que por primera, segunda o tercera vez, se apuesta todo al amor y la convivencia, en un hecho que te cambia la vida.
Pues sí, lo que más habrá después de la ceremonia y celebraciones, son cambios: cambio en su rutina, cambio de residencia, cambio de prioridades y cambio de actividades. A partir del matrimonio todas las responsabilidades se comparten, y si se tiene buenas bases, será una aventura cargada de variedad infinita de emociones, que adornarán este proyecto de caminar por la vida en compañía.
El amar y ser amado se establece científicamente como una de las necesidades humanas que debemos suplir para tener una vida de calidad satisfactoria. Pero siempre pretendemos sintetizar ese amor en una unión permanente, quizás porque en el fondo todos anhelamos que sea eso, como acostumbran a proclamar los Apaches: “A no querer sentir más la lluvia, sabiendo que cada uno será el refugio para el otro; a no querer sentir frío, porque cada uno será el abrigo del otro y a no sentir más la soledad, pues cada uno será el compañero del otro”.
El buen amor se construye, se conjuga y no guarda tanto suspenso. Sin embargo, para la mayoría de las personas enamoradas casi siempre nos resultará inquietante saber si con nuestra pareja estamos situados en la misma vía que nos direccionará a un nuevo punto de partida donde juntos daremos el emocionante: ¡Sí, acepto!
Si te encuentras dentro de una relación saludable y a gusto, es posible que tengas esa inquietud de saber si tu pareja te pedirá matrimonio; preguntárselo podría ser muy comprometedor. A cambio, puede resultar mejor conocer las señales que deberás mirar para saber si tu pareja está cercana o no, en sorprenderte con la gran pregunta.
Lee con atención y mira si la claridad de tus respuestas te acercan a lo que están viviendo, con ese enfoque, en la relación:
- Cuando en reuniones sociales alguien hace la típica pregunta: ¿cuándo es el matrimonio?, tu pareja: Se burla o muestra incredulidad sobre las personas que eligen ese estado de vida y se proclama como “indomable”. O Se muestra apático/a y evade la respuesta, como que el tema no es con él/ella.
- Cuando se habla sobre su familia: Casi no los nombra, enfatiza disfrutar solo el “tiempo de dos”. O, te los describe como a personas que no son agradables conocer.
- Referente a sus planes de vida: Estás al margen de sus proyectos, a él/ella no le gusta que tú sepas sobre “sus temas”.
- ¿Qué es lo más importante que han hecho juntos en todo el tiempo de su relación?: Viajes, salir de fiesta, ir a comer, al cine, etc. O, han diseñado proyectos, emprendimientos para implementar ingresos y beneficios para ambos.
- ¿Qué tal te llevas con sus amigos? Conoces a muy pocos, y la verdad no te me caen nada bien. O son también tus amigos con quienes han desarrollado un mismo círculo de amistad.
Si la mayoría de respuestas fueron negativas, pues parece que: TU PAREJA NO ESTÁ LISTO/A PARA CASARSE.
Hay que ser realista y lo que él/ella está viviendo es un buen momento, pero aún no está preparado/a para dar el gran paso. No funcionará el presionar porque se ahuyentará más, así que si tu fin es casarte y formar un hogar, es mejor no alimentar ilusiones y dar un paso al costado para mirar otros paisajes.
En cambio, si tus respuestas fueron afirmativas, puede suceder que: TODAVÍA NO ES SU HORA, PERO VA EN CAMINO.
Es posible que tu pareja no quiera casarse mañana, pero sí lo está contemplando en sus planes para en un mediano plazo. Hasta entonces, pregúntate el para qué quieres casarte, esa claridad de respuestas saludables te permitirá visualizar tu proyecto de vida. Si es tu anhelo, no lo sueltes, ya que en el momento indicado lo que has decidido interiormente, cuando estés lista, si lo crees, sucederá.
Finalmente, debes saber que el matrimonio no es un gran anillo, ni una grandiosa fiesta, ni una fabulosa foto en redes sociales. Conlleva a un compromiso integral que sugiere preparación, madurez, generosidad y altas dosis de respeto, compromiso y empatía, ya que el amor no alcanzará a sostenerlo, sino el vínculo emocional fuerte y saludable que lo mantendrá por el tiempo en el que se sigan escogiendo como ese compañero de viaje por la vida.
*Mariana Bermúdez es psicóloga clínica, psicoterapeuta internacional, escritora, terapista cognitiva conductual y CEO de MBA Consulting.