Alegría Crespo

Te amo y me preocupo por ti, por eso también te digo "no"

domingo, 22 mayo 2022 - 13:41
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    La vida ha vuelto a sus exigencias, el tráfico parece estar peor que nunca, sentimos con fuerza las demandas, las alarmas aprietan nuestros horarios y, por eso, necesitamos volver al orden, a la rutina y al ritmo habitual. Las reuniones virtuales nos han recordado que la puntualidad es posible y que “el tráfico” no es una excusa. Ahora, nuestros hijos deben ducharse, vestirse, desayunar y volver a su jornada escolar regular. Por ahí, vemos cómo la pereza se pasea en casa y los tienta a dormir un poco más. Pero, la vida exige ciudadanos perseverantes y disciplinados, por eso, como padres, es importante poner los límites y saber decir “no”. No queremos verlos sufrir, hemos cargado incluso la culpa de la pandemia, pero hay que saber diferenciar la crianza permisiva y complaciente de la crianza democrática que pone en balanza las reglas, normas y orden en la vida de nuestros hijos. Alguna vez el pediatra de mis hijos me dijo: “La disciplina es muestra de amor” y ahora, viendo en retrospectiva: es así. Como dijo Babe Ruth, gran beisbolista: “Nadie vence a alguien perseverante”, porque el éxito es el cúmulo de actos consecutivos y del sudor de la frente. El impacto y la transformación se logran con trabajo arduo y paciencia, eso debemos inculcar a los nuestros.

    Si nos ponemos a reflexionar, los problemas se dan por falta de límites y valores, desde la guerra entre Rusia y Ucrania, la delincuencia, la corrupción, la deslealtad. En una época en la cual todo está permitido, saber decir “no” es clave.

    La pandemia nos ha dejado secuelas y estragos, desorden e incertidumbre. Es momento de encender las alarmas, agradecer la vida con nuestros actos y poner límites claros. Nuestros hijos nos agradecerán siempre. Son cosas que uno no olvida y valora de quienes lo han criado y han sido ejemplo de bien. En una época en la cual los padres han intervenido y se ha visto interrumpida la autonomía de los hijos, es importante cerrar el ciclo y darles las herramientas para volar. Que seamos ejemplo de orden, en todo en nuestra vida, desde nuestros cajones, dormitorio, alimentación, hábitos, orden de pensamiento y orden de proceder.

    Séneca dijo que “Estar en ocio muy prolongado, no es reposo, sino pereza”. Ciertamente, el descanso es básico para un cuerpo y mente sanos, pero con los límites adecuados. Volver a la acción y al cumplimiento de objetivos personales y sociales nos impulsa a sentirnos más motivados y esperanzados. Recordemos siempre que la disciplina es muestra de amor, que los límites son fundamentales y que el saber decir “no” es imprescindible para formar hombres y mujeres de bien.

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