Las varices, esas molestas venas dilatadas que se empeñan en aparecer justo cuando queremos lucir nuestras piernas, pueden ser combatidas con algo tan simple y placentero como comer bien. Además, de ciertos ejercicios y hábitos, la alimentación juega un papel fundamental en el cuidado del retorno venoso.
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Estas aparecen cuando las venas no son capaces de facilitar la circulación y el retorno de la sangre. También el calor es uno de sus peores enemigos. Sin embargo, llevar una dieta adecuada puede hacer la diferencia y ayudarte a aliviar estos síntomas, pues existen alimentos que debes incluir en tu alimentación para mantener tus venas saludables y otros que es preferible evitar para prevenir la aparición de varices. Aquí te contamos algunos consejos.
1.- Beber más líquidos: previene la hemoconcentración y los coágulos. ¿Cuánto? aproximadamente dos litros de agua al día.
2.- Las hortalizas, verduras y frutas: son ricas en vitaminas y antioxidantes, fortalecen las paredes vasculares. Se deben consumir en colores variados.
3.- La fibra: ayuda a prevenir el estreñimiento, reduciendo la presión en las venas. Se recomienda entre 25 y 30 gramos diarios.
4.- El magnesio y potasio: frecuentemente deficientes en personas con varices. Estos están presentes en frutos secos, cereales, y verduras.
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5.- Aceites vegetales: la vitamina E en el aceite de oliva virgen mejora la elasticidad de las venas.
1.- Alcohol y café: contribuyen a la vasodilatación y ralentizan el flujo sanguíneo.
2.- La sal: favorece la retención de líquidos, causando edemas e hinchazón en las piernas.
3.- Grasas saturadas: aumentan los niveles de triglicéridos y colesterol, dificultando la circulación sanguínea y provocando trombos.
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Recuerda siempre que, aunque la dieta es crucial, en muchos casos el tratamiento farmacológico y quirúrgico puede ser necesario. También antes de hacer cambios significativos en tu dieta o ante cualquier duda, consulta siempre con tu médico.