¿Días de estrés? Consejos para cuidar tu salud
Dolor abdominal, sensación de gastritis, pérdida o aumento de peso repentino, problemas de sueño, memoria y concentración son algunos de los síntomas que podrías estar confundiendo con alguna enfermedad, cuando en realidad puede ser que el estrés te esté pasando factura y aún no lo sepas. ¿Qué es lo que experimenta el cuerpo internamente cuando esto ocurre? Te lo contamos.
Hay situaciones que la mente las percibe como “amenazas”, cuando esto pasa, una pequeña parte de nuestro cerebro llamada hipotálamo activa un sistema de alarma, lo que genera señales nerviosas y hormonales que hacen que el cuerpo libere una gran cantidad de hormonas, como la adrenalina y el cortisol.
Suena complejo, ¿verdad? Pues sí, estas inmediatamente activan un mecanismo de respuesta, provocando un tipo de “freno natural” en el sistema digestivo, lo que hace que cuando estés estresada sientas molestias abdominales. Mientras tanto, la adrenalina hace que el corazón lata más rápido, tu presión arterial aumente, y tengas más energía. Y el cortisol, hormona principal del estrés, aumenta tu glucosa en la sangre, modifica las respuestas del sistema inmunitario e inhibe tus funciones del aparato digestivo y reproductor.
De manera que, al vivir diariamente expuestos a situaciones que pueden provocarnos estrés, lo más recomendable es que no huyamos, ni nos automediquemos para aliviar síntomas, sino que aprendamos a vivir con mejores hábitos y, así, podamos lidiar adecuadamente con este.
Entonces, ¿cómo gestionar el estrés?
Los especialistas recomiendan mantener una alimentación saludable y realizar actividad física, sobre todo en esos días donde se libera mucho cortisol. También, dormir lo suficiente, hacer ejercicios de relajación, como yoga, respiración profunda, masajes o meditación.
Además, un buen hábito para gestionar mejor el estrés es tener un diario personal, escribir pensamientos y agradecimientos, y agendar momentos de diversión y placer durante la semana. De este modo, se logra una mejor calidad de vida, más concentración, y relaciones interpersonales saludables.
