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Impacto medioambiental del sector alimenticio ¿Es posible convivir con esta industria y reducir su impacto?

La industria alimentaria produce el 26 por ciento de los gases de efecto invernadero del mundo, con la agricultura y ganadería como dos de las actividades que más impactan. Su aporte, al menos por ahora, no es reemplazable. ¿Cómo equilibrarlo?

viernes, 21 abril 2023 - 11:02
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La industria alimentaria produce el 26 por ciento de los gases de efecto invernadero del mundo, con la agricultura y ganadería como dos de las actividades que más impactan. Su aporte, al menos por ahora, no es reemplazable. ¿Cómo equilibrarlo?

Más de 800 millones de personas padecen hambre en el mundo, según un reporte de la Organización Mundial de la Salud. Es difícil conocer esta cifra y no adjetivizarla con lo que es: un total desastre. Y el mismo informe menciona que cerca de 2.300 millones de personas “se encontraban en una situación de inseguridad alimentaria moderada o grave”. Es decir, más de un tercio del mundo no sabe si comerá algún día o si esa comida que tuvo hoy puede ser que no la repita pronto.

Mientras eso sucede, otra de las discusiones que absorbe críticas es el impacto del sector alimenticio en el medioambiente. Un artículo científico publicado en la Revista de Producción Limpia (Journal of Cleaner Production, en inglés) señala que en la cadena de suministro de alimentos, la producción de carne y lácteos genera una cantidad importante de emisiones de gases de efecto invernadero. Estos son los causantes del calentamiento global y, por ende, de diversos desajustes, entre esos precisamente la afectación a la producción de alimentos.

“Solo el ganado representa al menos el 14 por ciento de las emisiones mundiales totales”, dice el texto.

Si bien cada acción del ser humano plantea una afectación al ecosistema, a esta industria la miran de reojo. Pero al ser la proteína parte esencial de la dieta del ser humano, porque sin esta ocurren afectaciones a la salud como pérdida de masa muscular, disminución de la inmunidad, entre otros.

¿CÓMO CUMPLIR CON ESTA NECESIDAD NUTRICIONAL Y REDUCIR EL IMPACTO AL MISMO TIEMPO?

Actualmente existen proteínas alternativas que ganan más espacio en las perchas de los supermercados: hongos, microalgas, gusanos, grillos, entre otros.El Foro Económico Mundial calcula que este segmento representará el 11 por ciento de todas las proteínas consumidas en 2035.

Aunque estas nuevas proteínas igual generarán un impacto en el ambiente, ya que su producción, traslado hacia los puntos de venta, entre otros, genera una contaminación.

¿Es factible convivir con esta industria y reducir el impacto? Sí, y la respuesta está en la agricultura y ganadería sostenible.

El Banco Interamericanode Desarrollo (BID), en conjunto con el Instituto Internacional de Investigación de Políticas y Alimentos (IFPRI, por sus siglas en inglés), realizó un estudio para medir la productividad, y la eficiencia técnica y ambiental de la ganadería pastoril de algunos países de América Latina.

En su reporte señalaron que con ajustes en el uso de insumos en el proceso de crianza y la inserción tecnológica se redujeron las emisiones de gases de efecto invernadero. Reemplazar los combustibles pesados con el uso de biomasa (energía generada con materia orgánica), recuperación del agua usada en la producción para otros procesos (riego, lavado de implementos, etc.), implementación de nuevas tecnologías, gestión de residuos y protección del suelo.

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$!Si bien la industria alimentaria genera el26% de gases de efecto invernadero en el mundo ,en el sector buscan reducir el impacto conmejores prácticas.

Las acciones son diversas para “buscar ahorro y optimización de recursos naturales”, explica un vocero de Pronaca, una de las empresas de alimentos más grande del país. En la industria nacional se intenta aplicar el concepto de economía circular, es decir, aprovechar las materias primas, la mayor cantidad de tiempo que se pueda, en diferentes procesos productivos. “Hay que integrar este modelo en la cadena de valor”, señalan desde esta compañía que comercializa marcas como Mr. Pollo.

A las proteínas animales tradicionales, Pronaca le sumó alternativas. Hace poco metió en el mercado la marca Veggie Deli, con productos como lasagna y fideos de palmito, o con carne molida a base de arvejas. “Valoramos la importancia de estas proteínas como complemento nutricional”, aseguran.

Además implementan acciones como compensación ambiental, entre esos la siembra de cerca de 1.500 hectáreas con árboles. Esto equivale, dicen sus voceros, a cerca de 17 mil toneladas de CO2 capturadas. Esto lo desarrollan en Guayas, Los Ríos y Cotopaxi.

En esas tres provincias, en cambio, la empresa Tonicorp (parte de la multinacional Arca Continental) trabaja con socios ganaderos para el suministro de lácteos. Son 12 provincias en total, con un alcance a 3.000 socios, entre pequeños y medianos.

“Los esfuerzos se realizan desde la producción, recolección y entrega dela materia prima”, explican desde esta multinacional reconocida, entre otras, por su marca Toni.

La capacidad de esta empresa es de 150 millones de litros de leche, por eso se hacía necesario, dicen, implementar un programa de Ganadería Sostenible. Con este capacitan y asesoran a los ganaderos, además de implementar certificaciones, mejoramiento productivo, entre otras actividades. Este trabajo, de permeabilizarla mirada sostenible hacia los proveedores, les permitió controlar la calidad del producto final.

“Desde el inicio de la producción, con una hembra gestante dando a luz ala cría (...), garantizamos su correcta alimentación en libre pastoreo, cosechando sus alimentos en el campo abierto, aportando al suelo nutrientes orgánicos”, mencionan.

Un punto clave, por otro lado, es la certificación de procesos, en este caso de Carbono Neutro, por ejemplo. “Cinco haciendas que trabajan con nosotros cuentan con esto. Todas esas ganaderías suman un total de 3.476 toneladas de CO2 emitidas, pero 3.480 compensadas, es decir, 100 por ciento de mitigación”.

Si bien los procesos agrícolas y ganaderos impactan en el ambiente, el resto pasa más por reducir esos impactos o compensarlos. No se puede prescindir de proteínas baratas y que son parte de la dieta necesaria de un mundo donde más de un tercio de su población carece de una buena alimentación.

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