Esto habría sucedido durante un extremo periodo de enfriamiento en el planeta, denominado por la ciencia como el Pleistoceno medio y caracterizado en ilustraciones por la presencia de mamuts en sus parajes gélidos, junto a rinocerontes lanudos y félidos dientes de sable.
De acuerdo a la investigación, publicada recientemente en la prestigiosa revista científica Science, la población total de humanos llegó a reducirse hasta casi mil, tras la muerte de aproximadamente el 99% de individuos alrededor del mundo por las condiciones extremas a las que se vieron forzados a adaptarse.
Los investigadores destacaron que el inicio del "cuello de botella" en la expansión demográfica progresiva de los humanos, que en ese entonces atravesaban su fase evolutiva como neandertales y denisovanos, coincidió con cambios de gran magnitud en el clima por la glaciación, que se tradujeron en un decrecimiento marcado en la temperatura del mar, largos periodos de sequía y la extinción de especies que solían ser cazadas y consumidas.
El asentamiento de estas condiciones drásticas previnieron que la población vuelva a retomar su ritmo establecido de crecimiento durante casi 117 mil años, señalaron los investigadores.
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"Evoca muchas preguntas sobre dónde vivieron, cómo sobrevivieron estos cambios climáticos catastróficos, y si la selección natural durante el periodo del "cuello de botella" aceleró la evolución del cerebro", comentó Yi-Hsuan Pan, una de las autoras del estudio.
Las secuencias genéticas de 3,154 humanos modernos, tanto de poblaciones africanas como del exterior, y procesos coalescentes rápidos de cálculo con respecto al tiempo infinitesimal fueron utilizados por los investigadores para analizar los linajes de genes recientes y utilizarlos para estimar el tamaño de la población anterior, detectando así el roce con la extinción al que se sobrepuso el hombre.