Una nueva investigación conducida por el bioinformático Chase Nelson, del Museo Americano de Historia Natural en Estados Unidos, descubrió un nuevo y misterioso gen que se encuentra oculto en el genoma del SARS-CoV-2, causante de la COVID-19.
Se trata del gen ORF3d, que hasta ahora ha escapado a todos los estudios científicos realizados sobre el virus causante de la pandemia que azota al mundo.
El estudio en el que también colaboró Zachary Ardern, de la Universidad Técnica de Munich, en Alemania, fue publicado por la revista eLife y explica se que se trata de un “gen superpuesto”, que se mantiene oculto en una cadena de nucleótidos, debido a la forma en que se superpone a las secuencias codificadas de otros genes.
“Nuestro análisis proporcionan una fuerte evidencia de que el SARS-CoV-2 contiene un nuevo gen superpuesto (OLG), ORF3d, que no ha sido identificado o analizado completamente antes de este estudio”, indica el documento.
Aunque el estudio no logra determinar la función de este nuevo gen superpuesto, el haberlo encontrado implica un avance importante en las investigaciones para comprender al SARS-CoV-2, un novel virus de cual aún se conoce poco.
“No tener en cuenta los OLG puede conducir a una inferencia errónea de (o no detectar) la selección natural en genes conocidos, y viceversa”, agrega el estudio.
Lea también: ¿Cuánto durará la inmunidad de la vacuna y qué sucederá con los asintomáticos?
Según los investigadores aún queda pendiente averiguar por qué el virus está oculto. En estudios anteriores ya se había detectado el virus, pero solo como una variante del coronavirus que afecta a los pangolines en China.
Lo que se conoce del virus, por el momento, es que ORF3d genera una fuerte respuesta de anticuerpos. Sin embargo, no se sabe si este contribuye a la activación de células T en nuestro organismo, o si funciona para otros propósitos aún des desconocidos. En pocas palabras, no se sabe si es inofensivo o todo lo contrario.
“Aún no conocemos su función, o si tiene importancia clínica. Pero predecimos que es relativamente poco probable que este gen sea detectado por una respuesta de células T, en contraste con la respuesta de anticuerpos. Tal vez esto tenga algo que ver con su origen”, agrega Nelson.
La conclusión del estudio es que debe seguir investigándose este y otros OLG, pues son partes importantes de la biología viral y merecen más atención para comprender al virus.