Finca Don Colón está ubicado en el cantón Yaguachi, a 45 minutos de Guayaquil. Fue construida hace 80 años por Don Colón cuyo amor por la tierra y la naturaleza ha prevalecido por cuatro generaciones.
En el 2020, esta finca familiar se convirtió en un espacio agroturístico, enfocado principalmente a conectar al turista de la gran ciudad con la naturaleza, respirar aire fresco, alejado del smog y del ruido de la ciudad.
Una actividad turística ligada a la agricultura, comida ancestral y cultura rural que permite al visitante disfrutar de una experiencia diferente, indica Shirley Rivera, propietaria de Finca Don Colón, quien además resalta la importancia de impulsar el agroturismo como un método para inculcar a las nuevas generaciones el cuidado de la naturaleza, fomentar la riqueza gastronómica ancestral montubia y vivir la experiencia del turismo rural.
“Nuestro objetivo es rescatar un agroturismo sostenible, que las personas puedan valorar la naturaleza, que conozcan el trabajo del campesino, lo arduo que es cultivar y alimentarse de manera natural. Hay que amar al campo, respetar la tierra y cuidarla”, resalta.
Una propuesta apegada a simplificar el turismo recorriendo senderos en donde el visitante puede conocer árboles, plantas curativas y frutos sembrados desde tiempos antiguos.
“Durante el recorrido por los senderos se explica al turista el origen de los alimentos mientras los degusta, eso hace el paseo mucho más atractivo. Tenemos también la actividad de cooking class para quienes quieren aprender a preparar la tonga. Hacemos los recorridos con amigos y familia mucho más entretenidos con juegos para identificar frutas y árboles”, explica Rivera.
Una variedad de 50 productos del campo se puede encontrar dentro de la finca, entre los que se destacan, el plátano, cacao, zapote, mango, guaba, caimito, pitahaya, papaya, mandarina, carambola, lima, chirimoya de montaña.
“Todo lo que producimos aquí es orgánico, no utilizamos químicos, con todos los desechos que generamos, abonamos la tierra”, destaca.
La finca cuenta además con una sección en donde las personas pueden aprender a injertar plantas, y abonar la tierra. Una experiencia única que permite al turista local reencontrarse con la naturaleza, conocer las historias y leyendas de los antepasados, así como las tradiciones que con el tiempo han sido olvidadas.
La elaboración del chocolate artesanal tradicional es una actividad que quieren potenciar, para ello cuentan con 15 hectáreas de cacao que es recogido, fermentado y secado para luego ser tostado y molido. Este proceso es revisado por el turista quien no solo puede ver el proceso del cacao hasta su etapa final, sino también saborear el producto.
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“Tenemos el fogón en donde tostamos el cacao, luego lo pelamos y molemos para hacer el chocolate artesanal que posteriormente mezclamos con panela y que sin duda encantará hasta los paladares más exigentes”, explica Rivera.
Entre la variedad de platos gastronómicos que puedes degustar el visitante en este lugar están la tortilla de choclo, dedo de verde con guacamole, y la tonga, el platillo estrella creado a base de arroz, seco de pollo criollo, pasta de maní y maduro , ingredientes que luego son envueltos en una hoja de plátano y preparado en una cocina campestre, conservando así el sabor más llamativo y exquisito.
Finca Don Colón es una propuesta de turismo sostenible que también cuenta dentro de sus instalaciones con un salón para eventos corporativos con comida gourmet y la proyección a un espacio destinado a camping con el servicio de alojamiento.