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Salud

Navidad y Año Nuevo: Cómo disfrutar de las festividades sin caer en hábitos poco saludables y evitar el aumento de peso

En Navidad y Fin de Año, las personas que padecen trastornos alimentarios puede exacerbarse.

martes, 24 diciembre 2024 - 09:23
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Diciembre puede ser un detonante para cuadros de trastornos a la hora de comer. Cambia la dinámica en la forma en que las personas se alimentan. En algunos casos se trata simplemente de comer de más con el consecuente resultado en aumento de peso. En otros, los excesos en la comida y en la bebida repercuten en la salud gástrica o en el aumento de la glicemia, pero hay un grupo de la población que incurre en prácticas poco saludables que pueden llegar a ser perjudiciales para la salud con el fin de comer y beber las exquisiteces disponibles en las fiestas de Navidad y Fin de Año sin subir de peso.

Gabriella Iturralde, nutricionista de la Clínica Millenium, señala que en la región Costa el mes de diciembre tiene un componente adicional para agregar a la preocupación por el peso: es el mes previo a que se inicie la temporada de playa en la que los cuerpos estarán en mayor exposición, lo que lleva a prácticas nocivas en la alimentación en personas de todas las edades, desde niños hasta adultos.

Al respecto, las investigaciones más recientes han mostrado que la idea tradicional de que solo las mujeres desarrollan trastornos alimentarios no es cierta, hoy se estima que entre el 10 y el 25 por ciento de los casos corresponderían al sexo masculino.

Uno de los comportamientos poco saludables más frecuentes es adoptar medidas que les permitan disfrutar las comidas especiales, pero dejando a un lado la alimentación habitual. “Por ejemplo, a la hora de desayunar dicen que no tienen tiempo o ganas de comer nada, a la hora del almuerzo tampoco quieren comer nada porque consumieron bocados, golosinas y bebidas entre amigos y, finalmente, se saltan la cena porque se siente muy llenos. Estos comportamientos en unos casos son conscientes y en otros inconscientes, pero lo llevan a los extremos: todo o nada”.

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En algunos casos se trata de no comer nada de lo que no les resulta especialmente rico y todo lo que sí les gusta, y en otros casos, se opta por no ingerir comida en absoluto para poder tomar bebidas alcohólicas, “este tipo de comportamientos ocurre, sobre todo, en adolescentes que están en una etapa en la que les preocupa mucho su aspecto físico y contar calorías para mantenerlo”.

Además del “todo o nada”, hay otros tipos de mecanismos compensatorios con los que se trata de contrarrestar haber comido de más. Uno es hacer ejercicio físico de manera exagerada al día siguiente para eliminar las calorías extra y no consumir alimentos el posterior a una comida excesiva.

Otros comportamientos incluyen el uso de algunos tipos de y de laxantes que lleven a eliminar lo consumido y el empleo de diuréticos para perder líquido y sentirse menos hinchados. Este último punto reviste mucho mayor riesgo en la Costa, donde por el clima hay procesos de deshidratación y que pueden llevar a una persona a un cuadro severo por falta de líquidos y de electrolitos.

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Entre los hombres, una práctica frecuente es eliminar un grupo de alimentos como lo carbohidratos y consumir únicamente proteínas, muchos de ellos manifiestan que es una forma de comer rico y no aumentar el nivel de grasa corporal. “Son los que en las cenas llaman la atención porque solo comen pavo o solo comen jamón. Estas prácticas pueden provocar malnutrición, problemas de crecimiento y de la piel, como acné entre otras afecciones más graves”, dice Gabriella Iturralde.

Como estos comportamientos pueden resultar aparentemente efectivos momentáneamente para no aumentar de peso, pueden llevar a implementarlos de manera permanente y desarrollar trastornos alimentarios más severos.

Temas como el bajo consumo de carbohidratos y el ayuno intermitente pueden traer beneficios a la salud cuando son dirigidos por profesionales de la nutrición pero pueden ser contraproducentes si se adoptan sin conocimientos, especialmente en niños y adolescentes que todavía están en etapa de crecimiento.

Hay quienes cuidan de manera casi obsesiva la ingesta de alimentos para lograr que el cuerpo funcione de la mejor manera, a lo cual se suman rutinas de ejercicio junto con el control periódico de masa muscular y nivales de grasa corporal. La psicóloga clínica Sandra Saltos Alarcón, señala que aunque los comportamientos de estas personas en algunos aspectos se parezcan a los de las quienes tienen trastornos alimentarios, la clave para diferenciarlos es el objetivo que buscan: si es la salud o si es bajar de peso.

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La flexibilidad y la ausencia de culpa son dos factores que considerar, explica que cuando una persona (que no padezca ninguna enfermedad que se lo impida) se niega a disfrutar de una comida festiva en una ocasión especial por mantener su rutina de alimentación, se enciende una luz de advertencia.

Una cosa es buscar nutrirse bien y otra es enfocarse solamente en estar delgado. “Es un tema de autoestima, de cómo me miro yo y de cómo creo que me verán los otros si subo de peso, aunque sea un poco. Si bien los trastornos alimentarios no son nuevos, las redes sociales han fomentado ideales de belleza irreales que bombardeen a cada momento a sus usuarios, por lo que llegan a pensar que deben verse así para ser apreciados”, agrega que no hay que olvidar que los trastornos alimentarios vienen acompañados de la distorsión de la propia imagen, lo que hace difícil que la misma persona pueda detectar la realidad de su silueta frente a la percepción que como se ve a sí mismo.

Por eso, cuando familiares o amigos detectan que algo esta sobrepasando los límites normales de preocupación por estar delgados, es hora de buscar ayuda profesional.

En estas fiestas recuerde:

  • Mantener su alimentación lo más cercana a sus hábitos regulares en cuanto a cantidad, frecuencia y balance nutricional.
  • No se salte comidas para poder comer más en un evento especial. su organismo no responde bien a esta medida.
  • No elimine uno de los macronutrientes (proteínas, grasas o carbohudratos) como medida para no engordar. La dieta adecuada simpre es equilibrada en este aspecto, salvo que su médico le indique lo contrario por alguna condición de salud.
  • El exceso de bebidas alcohólicas es la causa de diversos problemas de salud, el mayor riesgo es para quienes tienen hígado graso y diabetes o prediabetes.
  • Muchos de los alimentos que más se consumen en estas fiestas contienen mucha azúcar, consúmalos con moderación o evítelos si tienen altos indices de glicemia en la sangre. Lo mismo aplica para las bebidas muy azucaradas o que contengan alcohol.
  • En los eventos sociales, considere si ya se encuentra satisfecho con los alimentos y bebidas que ha consumido o si sigue comiendo o bebiendo para socializar mejor con otros que lo están haciendo.
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