Lubricar, enfriar, proteger y separar las partes móviles del motor, la transmisión y el diferencial, son algunas de las funciones que cumplen los lubricantes en los automotores.
Estos productos esenciales se los encuentra en el mercado en tres categorías de composición o viscosidad, así están los de base mineral, los totalmente sintéticos y los semi sintéticos que tienen una mezcla mineral y sintética.
Los primeros se caracterizan por una mayor viscosidad, suelen ser los más económicos y ofrecen una protección básica al motor; los full sintéticos están formulados para soportar mayores temperaturas y para una vida útil más larga. Los semi sintéticos, en cambio, ofrecen un comportamiento adecuado en altas temperaturas, pero sin la tecnología de los aceites totalmente sintéticos.
A medida que el automotor aumenta su recorrido el aceite va perdiendo sus propiedades, por lo que es necesario reemplazarlo. Si bien el intervalo de cambio está marcado por el fabricante del motor, en la práctica el usuario lo hace de acuerdo al kilometraje recomendado por su lubricadora de confianza.
No reemplazarlo de forma oportuna desemboca en el desgaste de las partes internas del motor y el aumento en el consumo de combustible, a causa de la pérdida de sus propiedades físicas y químicas.
Xavier Pesantes, gerente de marketing de Inverneg representante de lubricantes
Kendall, asegura que, dependiendo del uso, la tecnología del aceite y la marca del motor,
los cambios pueden ser de más de 12.000 km en full sintéticos y ahora a más de 8.500 km en semi-sintéticos.
“Hay que hacer chequeos periódicos para constatar el nivel de aceite. Se debe hacer una revisión antes y después de hacer un viaje largo o cuando existen aumentos de temperatura en el motor, esto evitará altos costos de reparación o pérdida del motor y mayor vida al motor”, recomienda.
Por otro lado, el director comercial de Filtrocorp representante de lubricantes
Amalie, Juan Pablo Vallejo, añade que
los cambios en el lubricante están supeditados al uso y desgaste particular de cada vehículo.
“Un camión que va de la Costa a la Sierra y en pocas horas sube desde el nivel del mar a 2.000 metros de altura tendrá un desgaste mayor. Las maquinarias en canteras o minas se desenvuelven en un medioambiente severo por la cantidad de polvo, por lo que los cambios de aceite deberán ser diferentes para cada uso y con los lubricantes y filtros apropiados”, enfatiza.
Ojo con los aditivos
La función principal de los lubricantes es asegurar el mejor rendimiento del motor, los fabricantes se preocupan cada vez más por crear fórmulas completas y con una tecnología que hace que no sea necesario adicionar nada más.
Esteban Faini, representante técnico B2B de Primax - Shell, recomienda tener mucho cuidado al adicionar aditivos al lubricante, pues estos pueden alterar su formulación, sobre todo porque no todos son compatibles con ciertos tipos de bases lubricantes y al mezclarlos puede generar incompatibilidad y separación de aditivos, ocasionando la oxidación del aceite y cambios en su viscosidad.
¿Qué hace un lubricante en el motor?
• Reduce la fricción y el desgaste entre sus paredes.
• Regula la temperatura, retirando el calor de los pistones.
• Aumenta el sellado de pistones y anillos para mantener la compresión.
• Protege contra la corrosión.
• Brinda limpieza al eliminar residuos de carbón.
• Amortigua el sonido.