Empresas ecuatorianas trabajan para reducir su huella de carbono
El año pasado, 15 empresas ecuatorianas se preparaban para implementar en sus procesos la norma ISO 50001, una certificación que establece los requisitos para un sistema de gestión de energía efectivo.
Según la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), en el 2022, las empresas de Ecuador generaron 9,8 millones de toneladas de CO2, siendo el sector de electricidad, gas, vapor y aire acondicionado, así como el de transporte y construcción los mayores generadores de emisiones.
En cuanto a uso de energía eléctrica, la actividad manufacturera es la que más consume, seguida de la de explotación de minas y canteras, comercio, transporte y almacenamiento.
Miriam Orbea, directora ejecutiva del Centro Ecuatoriano de Eficiencia de Recursos (CEER), afirma que varias empresas de estos segmentos ya están trabajando para reducir sus emisiones, por ejemplo, a través de la compensación con proyectos de reforestación, conservación, restauración de bosques o produciendo energía renovable.
Si bien las fábricas son las que más electricidad emplean, también son las principales auto-generadoras de energía renovable. Además, han implementado iniciativas de eficiencia energética en sus operaciones, mediante la sustitución de equipos más modernos y con bajas emisiones de carbono.
El año pasado, 15 empresas ecuatorianas -en su mayoría del sector de alimentos y bebidas y de metalmecánica- se preparaban para implementar en sus procesos la norma ISO 50001, una certificación que establece los requisitos para un sistema de gestión de energía efectivo.
“La medición de la huella de carbono en las industrias es crucial, nos indica el nivel de su contribución al calentamiento global. A partir de su conocimiento y las fuentes que lo generan, se puede definir acciones para reducirla”, resalta Orbea.
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Un conglomerado de empresas que ha establecido una ruta ambiental para optimizar sus operaciones y disminuir su huella de carbono es Grupo DIFARE. Dos de sus nueve compañías: Difare y Transpbarreno verificaron en el 2023 la medición de su huella de carbono organizacional, bajo la metodología ISO 14064-1:2018 y GHG Protocol.
Asimismo, el Centro de Distribución Especializado GD de Difare adoptó medidas para la eficiencia del consumo de energía, a través del uso de transpaletas y montacargas eléctricos, diseñados para consumir menos energía por hora en comparación con otras opciones del mercado, lo que conlleva a una disminución del 98 por ciento en el uso de energía, permitiendo la reducción de emisiones indirectas de gases de efecto invernadero.
La gerente de Comunicación y Responsabilidad Corporativa del Grupo, Sylvia Banda, cuenta que en 2023 se incorporó una planta fotovoltaica de 1.000 kW con 2.017 paneles solares para promover la eficiencia energética.
“Este sistema ha permitido reducir significativamente el consumo de energía, con un estimado de disminución del 25 por ciento en los costos energéticos, lo que representa un avance hacia la autosuficiencia energética. Planeamos una ampliación de 2.000 kW para este 2024”, manifiesta.
Asimismo, el Centro de Distribución cuenta con un sistema de segregación y recolección de materiales (cartón, plástico y papel), impulsa el uso de cubetas en los procesos operativos de despacho de productos y retorno desde los puntos de venta, y ha implementado una planta de tratamiento de aguas residuales.
Otras buenas prácticas ambientales que promueve Grupo DIFARE son las jornadas de reforestación donde participan los colaboradores y sus familiares, y el reciclaje de lonas publicitarias y uniformes para crear souvenirs corporativos con Fundación Acción Solidaria.
A ello se suma, la eliminación de la impresión de catálogos, pasando a ser cien por ciento digitales en los establecimientos de su red de farmacias Pharmacy´s, Cruz Azul y Comunitarias.
“El cuidado del ambiente se ha convertido en una prioridad ineludible para Grupo DIFARE, ya que estamos comprometidos con la sostenibilidad y el bienestar de las futuras generaciones. La importancia de invertir en prácticas y tecnologías amigables con el entorno radica en nuestra responsabilidad de abordar de manera efectiva los problemas ambientales que enfrentamos”, resalta Banda.
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