El sector floricultor ecuatoriano ha demostrado tener una capacidad de adaptación para poder cumplir con los más altos estándares de calidad que solicita el mercado internacional.
Según datos de la Asociación Nacional de Productores y Exportadores de Flores del Ecuador (Expoflores), hasta septiembre de este año el país exportó 134.000 toneladas, lo que le llevó a mantener su posición como el tercer productor mundial, superando a Kenya como su competidor más cercano.
Este volumen de exportaciones significó un ingreso de 737 millones de dólares, así como un incremento del 4% en relación al mismo periodo en 2022. Actualmente, el 75% de los envíos corresponde a rosas, seguido por las flores de verano (12%) y las Gypsophila (7%). Las tres principales provincias que las producen son: Pichincha con 4.000 hectáreas de cultivo, Cotopaxi con 1.600 y Carchi con 252 hectáreas.
Este año se destacó por la diversificación de los destinos de las exportaciones de flores. El 34% se dirige a Estados Unidos; el 25% llega a la Unión Europea; el 13% se comercializa en Kazajistán; el 4% va a Canadá y el 2% tiene como destino Chile. Hoy en día, Ecuador vende sus flores en 86 destinos.
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A pesar de la ligera diferencia en el precio de exportación de las flores ecuatorianas, en comparación con Colombia, el país sigue destacándose por la calidad de sus productos. En el primer semestre del año, el valor promedio de exportación de las flores ecuatorianas fue de 5.7 dólares por kilo.
Yesenia Prado, gerente de mercadeo de Soluciones para la Agricultura en BASF Ecuador, señala que la apertura de los mercados es un logro que resalta el compromiso de los productores de flores nacionales, esto a pesar de los desafíos climáticos y económicos que debieron enfrentar a lo largo del año.
“A pesar de los obstáculos presentados, el sector florícola ecuatoriano ha demostrado ser resiliente. Desde BASF trabajamos por crear soluciones integrales que permitan a los floricultores cultivar desde un sentido holístico para que el sector siga siendo generador de empleo y se destaque como actor elemental y activo en el desarrollo del país”, afirma.
Esta industria de productos químicos ha venido desarrollando soluciones integrales como fungicidas para la protección inteligente y adaptativa a las plantas, tanto para éste como otros cultivos.
Esta innovación, asegura, no solo fortalece la capacidad de los productores para enfrentar desafíos climáticos y fitosanitarios, sino que también refuerza el compromiso de la compañía con la sostenibilidad y la rentabilidad a largo plazo del sector florícola ecuatoriano.
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