Enfoque

Biomasa: fuente energética desde el campo

El aprovechamiento de la biomasa contribuye, de manera directa, a la reducción del uso de combustibles fósiles, la diversificación de la matriz energética y, sobre todo, a la mitigación de los gases del efecto invernadero.

martes, 25 junio 2024 - 08:00
Facebook
Twitter
Whatsapp
Email
El aprovechamiento de la biomasa contribuye, de manera directa, a la reducción del uso de combustibles fósiles, la diversificación de la matriz energética y, sobre todo, a la mitigación de los gases del efecto invernadero.

La diversidad de suelos y las condiciones climáticas que posee el Ecuador, lo ha convertido en un país potencialmente agrícola, y en consecuencia con una gran oferta de biomasa residual que puede ser altamente aprovechada.

La biomasa es un tipo de fuente renovable en la que se emplea materia orgánica para la generación de energía. La misma, usualmente puede ser originada a través de un proceso biológico, espontáneo o inducido.

De acuerdo con el Instituto de Investigación Geológico y Energético (IIGE), existen varias provincias con un alto potencial de biomasa, gracias al recurso proveniente de los cultivos agrícolas. De ellas destacan Guayas, Esmeraldas, El Oro y Los Ríos.

Lea también: Buen viento para la energía renovable

Un estudio realizado por un equipo de investigadores del IIGE, determinó que solo en los 10 cultivos mayoritarios del país, se identificaron cerca de 35 residuos que podrían ser revalorizados, por lo que se considera necesario evaluar las propiedades físicas y químicas particulares de cada desecho para lograr definir mejores tecnologías de su aprovechamiento.

Tal es la importancia de este recurso, “que si se considera únicamente el potencial energético técnico-económico-ambiental, para los residuos de caña de azúcar, arroz y palma africana, la capacidad termoeléctrica instalable supera fácilmente los 200 megavatios (Mw) eléctricos”, explica Rafael Soria, profesor e investigador del Instituto de Energía y Materiales de la Universidad San Francisco de Quito.

A este potencial se le debe sumar la fracción orgánica de los residuos sólidos municipales que diariamente genera cada cantón del país. Según investigaciones del IIGE, el residuo con mayor aprovechamiento energético es el bagazo de caña de azúcar, que alimenta 144 Mw de turbinas a vapor en ingenios azucareros, y que también aportan electricidad al Sistema Nacional Interconectado (SNI).

$!Desde la implementación de la segunda etapa de cogeneración el ingenio San Carlos logró aproximadamente 15 millones de dólares de ingresos por la venta de energía excedente.

Un pionero en el aprovechamiento de este recurso es Ingenio San Carlos, ubicado en el cantón Marcelino Maridueña, el cual a inicios de la década del 60 adquirió su primer generador de energía, 10 años después fue mejorando su inversión para generar energía para su consumo interno aprovechando el residuo del bagazo como combustible.

Sin embargo, en el 2004, la empresa se convierte en autogeneradora, cuando ingresa al mercado eléctrico de energía. En ese entonces lograba exportar hasta 15 megavatios hora (Mwh).

Augusto Ayala, vicepresidente administrativo de Sociedad Agrícola e Industrial San Carlos, indica que aproximadamente el 30 por ciento de energía generada (16 Mwh) es para autoconsumo de la planta, y el 70 restante (36 Mwh) se exporta al Sistema Interconectado de Energía Eléctrica (SIN) durante la zafra, normalmente de junio a diciembre de cada año.

Lea también: Solución ambiental permitió reducir la contaminación en espacios naturales

Ayala afirma que desde la implementación de la segunda etapa de cogeneración en 2014, el ingenio San Carlos ha experimentado beneficios significativos. “Durante la zafra, hemos reducido el costo de nuestra factura de energía eléctrica a cero. En los últimos cinco años, también hemos producido excedentes de vapor, que han servido para suministrar a empresas relacionadas, extendiendo así los beneficios de nuestra capacidad de cogeneración”, manifiesta el ejecutivo.

Por otro lado, las plantas extractoras de aceite de palma usan sus residuos con la finalidad de generar vapor de proceso industrial y electricidad para autoconsumo. Energy & Palma, del Grupo La Fabril, por ejemplo, anunció en abril del presente año la implementación de un caldero en su planta extractora situada en San Lorenzo, Esmeraldas. Tras una inversión de más de tres millones de dólares, la empresa prevé autoabastecerse 800 kilovatios, que en promedio representan 13.000 dólares mensuales de ahorro en la factura eléctrica.

El funcionamiento de este equipo permitirá también ampliar la capacidad de procesamiento de la fruta de palma, disminuir su consumo eléctrico y de combustible, y maximizar el consumo de biomasa, entre otros beneficios.

$!La Universidad San Francisco de Quito cuenta con una línea de investigación en prospectiva energética, a largo plazo.

En continua investigación del aprovechamiento de biomasa

Al seguir analizando el aprovechamiento de la biomasa en el país, Soria indica que el biogás de los rellenos sanitarios de Quito (El Inga) y Cuenca (Pichacay), generado por la descomposición anaeróbica de la fracción orgánica de los residuos sólidos municipales, también alimenta una capacidad de 8,3 Mw que aporta electricidad al Sistema Nacional Interconectado.

Asimismo, el aceite de piñón (Jatropha curcas) producido en Ecuador continental aporta desde el 2012 al sistema eléctrico de la Isla Floreana, en Galápagos, sustituyendo una pequeña fracción de diésel para la generación termoeléctrica.

Por su parte, Valeria Ramírez, analista técnica de Innovación y líder de proyecto de biomasa del IIGE, agrega otros ejemplos de biomasas residuales, como los desechos de banano o de la industria maderera. En el ámbito de energías renovables, este departamento ha desarrollado varios proyectos para el aprovechamiento de residuos agrícolas con fines energéticos, a través de los cuales se han obtenido biocombustibles sólidos (pélets), líquidos (bio oil y bioetanol) y gaseosos (hidrógeno, biogás y gas de síntesis).

Más leídas
 
Lo más reciente