El capitán de la selección de Haití jugó en Uruguay, Chile y Estados Unidos. En Ecuador ganó dos campeonatos y se consagró como uno de los mejores defensas del país.
Ricardo Adé fue uno de los refuerzos que Liga de Quito trajo para esta temporada, venía de ser campeón con el Aucas en 2022. Para él todo empezó jugando en Haití antes de viajar a Tailandia donde terminó viviendo en la calle. Luego llegó hasta Chile, Uruguay, Estados Unidos y Ecuador donde la hinchada lo tiene como un referente albo.
¿Qué tiene Liga que no tiene los otros equipos del Ecuador?
La hinchada te hace sentir la grandeza del equipo. El grupo se unió muy rápido, acá todos sienten la camiseta y solo entran a la cancha los que están dispuestas a darlo todo.
Naciste en Haití, un país que no es futbolero pero tus logros están trazando camino a muchos niños allá, ¿qué representas en tu país?
Soy un referente para los niños. Me vieron empezar a jugar en mi país y crecer afuera gracias al trabajo, la disciplina y mi fe en Dios. Todo es posible en la vida, solo hay que creer en sus sueños.
Muchas veces sabemos de Haiti por noticias relacionadas a la corrupción, ¿Cuál es el Haiti de Ricardo Adé?
Somos gente de bien que siempre busca oportunidad para salir adelante por su familia. Además el haitiano siempre es feliz y decide ver la vida como una bendición.
Has tenido muchos triunfos en Ecuador, ¿a quién dedicas tus triunfos?
A mi familia y sobre a mi papá que ya falleció. Él me llevaba a entrenar y siempre creyó en mí. Siempre agradeceré a la gente que cree en mi, que sean familiares o hinchas, ellos te dan la fuerza de superar los obstáculos.
Tienes un hijo chiquito en Estados Unidos, ¿Cómo manejas la soledad del futbolista?
Hablo con mi hijo todos los días y estoy muy presente en su vida. También disfruto la soledad porque mi vida gira alrededor del fútbol y vivo concentrado.
Eres capitán de la selección de Haití, ¿Cuál es tu meta?
La única vez que Haití clasificó a un Mundial fue en el año 1974. Debutó en el Estadio Olímpico de Múnich ante la Selección de Italia. Quiero vivirlo, es fundamental para mí.
¿Qué sentiste al ganar la Copa Sudamericana a los 33 años?
Creo que como futbolista no lo asimilas enseguida porque el fútbol nunca para y no hay tiempo para disfrutar. Siempre hay pendientes y lo más importante está por llegar. Pero te puedo decir que cuando entré por primera vez en los camerinos de Liga y vi el nombre de los jugadores que habían ganado la Libertadores y la Sudamericana, me visualicé ser uno de ellos.
Hace algunos años viviste un infierno en Tailandia cuando llegaste y te dejaron sin club. Viviste tres meses allá casi en la calle, ¿Cómo lograste sacar ánimo de esta situación?
Empecé a jugar en mi país donde a veces no te pagan y no hay como reclamar nada. En Tailandia nunca perdí el ánimo, tenía una comida al día pero los sueños intactos. Desde niño quiero ser futbolista, es la parte que me conecta a lo mejor de mi ser. Todo este proceso me llevó adonde estoy ahora, no cambiaría nada.