En un reporte se mostró que el 90% de esta deforestación por minería se encuentra fuera del límite de las zonas autorizadas para realizar dicha actividad.
La expansión urbana y el mal manejo de los remanentes de los ecosistemas originales de Guayaquil han revestido de un peligro crítico el día a día de los pericos caretirrojos y garzas.