Mientras Ecuador ha adoptado una postura abierta a reconciliación, México insiste con con la búsqueda de sanciones con base a la irrupción, que consideran como una "invasión".
México otorgó asilo político a Jorge Glas el 4 de abril pasado, y a la noche siguiente, el Gobierno ecuatoriano irrumpió en la embajada mexicana en Quito para aprehenderlo.
Para Ecuador resulta "jurídicamente evidente que no es lícita la concesión de asilo diplomático" a Glas, quien tiene pendiente de terminar de cumplir una pena de ocho años de cárcel.
En un comunicado se solicita que se que se otorgue el salvoconducto y sea trasladado a un lugar seguro, “en atención al crítico estado de salud que reporta”.