Dritan Rexhepi, albanés detenido en 2014, operaba una organización criminal dentro de la cárcel de Latacunga y mantenía comunicaciones a través de un sofisticado sistema encriptado.
Cinco factores explican las razones por las cuales, en el curso de los últimos 10 años, el país se volvió un paraíso de mafias: albanesas, italianas, rusas, chinas...