Dritan Rexhepi, albanés detenido en 2014, operaba una organización criminal dentro de la cárcel de Latacunga y mantenía comunicaciones a través de un sofisticado sistema encriptado.
Al amanecer del 15 de septiembre de 2020, en plena pandemia, cientos de policías realizaron varios allanamientos simultáneos, en varios países. Como relata un reporte oficial de Europol, 20 personas fueron arrestadas: cinco en Italia; dos en Holanda; dos en Grecia; dos en Alemania; una en Rumania; una en Hungría; otra en España; cinco en Albania; y una en los Emiratos Árabes.
La investigación conjunta de varios países llevó a la desarticulación de un grupo que había transportado cuatro toneladas de droga y 5,5 millones de euros en efectivo.
Un informe de Europol sobre este caso detalla: “Por años, los importadores de droga en Europa habían trabajado en forma separada e independiente de los mayoristas y de los vendedores en las calles. Este caso reveló que el modelo había cambiado, que la red dominada por los albaneses se hacía cargo de todo el circuito, desde el envío de los cargamentos desde Sudamérica, hasta la distribución por toda Europa”.
El cartel, con células en Ecuador, el norte de Europa, Italia y Dubái, proveía cocaína a las mafias de Bari y al clan Contini, de la mafia Camorra, según Cecilia Anesi. La fachada de la organización criminal era Kompania Bello, y conseguía la cocaína del cartel Norte del Valle, de Colombia, aliado con el mexicano de Sinaloa. Algunos de los contactos en puertos de Europa trabajaban también para ‘Ndrangheta'.
Para sorpresa de los investigadores, el cerebro de esta operación era un albanés de 40 años, encarcelado en Ecuador. Desde la prisión de Latacunga, Dritan Rexhepi mantenía comunicaciones a través de un sofisticado sistema encriptado.
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Rexhepi, nacido en 1980, en Volca (Albania), fue detenido en junio de 2014, por tráfico ilícito de sustancias, en el curso de la Operación Balcanes, junto con otras 11 personas.
Fue sentenciado a 13 años de pérdida de la libertad. Su defensa presentó recursos de apelación y casación. En uno de ellos, su abogado fue el célebre penalista Harrison Salcedo, también conocido como “Hulk Mena”, quien además fue abogado de Jorge Glas y de Jorge Luis Zambrano, “Rasquiña”.
Rexhepi fue trasladado del Centro Regional Guayas hasta la cárcel de Cotopaxi, a la cual ingresó en marzo de 2017. La justicia italiana lo pidió en extradición, ya que se escapó de la cárcel de Vorglieria, cuando cumplió dos años y ocho meses de prisión cumpliendo una pena por narcotráfico.
La justicia de Albania, a su vez, lo requirió en extradición, por mantener pendiente una pena de 25 años por el asesinato de un policía y otra condena de 15 años, por el crimen de otro uniformado, aparte de cargos por la producción de armas. En Albania, todas las condenas fueron unificadas a 25 años.
Cuando fue detenido en Ecuador, las autoridades detectaron que tenía dos identidades: Ioannis Dionysopoulos, de nacionalidad griega, y Lulezim Murataj, de nacionalidad albanesa. Posteriormente se identificó que usaba también otros dos nombres, Rexhepaj Gramoz y Dritan Rexhepi.
El albanés había escapado de Albania, Italia y Bélgica. Este país lo había extraditado desde España.
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Al haber cumplido el 64 por ciento de la pena, su defensa requirió la prelibertad, que fue concedida bajo el nombre de Murataj Lulezim. Las autoridades de la cárcel de Latacunga fueron observadas por conceder este beneficio, a pesar de los pedidos de extradición de dos países. Sin embargo, en agosto de 2021 recibió tres boletas de excarcelación, cada una, con un número de pasaporte distinto.
De esta manera el cerebro del cartel que operaba con el nombre de Kompania Bello, desde la cárcel de Latacunga, se esfumó de la esfera pública, por obra y gracia de la justicia ecuatoriana.
Maestros del escapismo, del camuflaje y de la mimetización con la élite económica de los países donde actúan, los miembros de la mafia albanesa lograron infiltrarse en el Ecuador.