Shippify se expande en la región como compañía que, bajo la economía colaborativa, presta servicios de logística a empresas.
Uber surgió en Silicon Valley y hoy es una empresa global que facilita la movilización de personas. La idea de Airbnb nació en un departamento de San Francisco y hoy es una plataforma mundial para buscar hospedaje. Shippify, que presta servicios logísticos a empresas basados en tecnología, es una idea de dos ecuatorianos que hoy, como startup, tiene operaciones en Brasil, Chile, México, Ecuador y con planes de expandirse en la región.
La idea es de Luis Loaiza y Miguel Torres. Al igual que Uber y Airbnb, su negocio está basado también en economía colaborativa y presta sus servicios a retails y plataformas de comercio electrónico para la entrega de productos a domicilio.
“Shippify surgió para entregar paquetes que llegaban hasta en siete días, con muy poca eficiencia. Lo que queremos es democratizar una experiencia ‘prime’ a cualquier otra empresa, retail o e-commerce, que nos vean como un partner estratégico y no como cualquier compañía tradicional de courier o logística donde nuestro fuerte es la tecnología”, explica Loaiza, cofundador de Shippify y director de Tecnología de la empresa.
El concepto de Shippify es que las entregas se realicen un día después o incluso en horas, en lugar de esperar casi una semana para recibir un pedido. Para ello, optimiza rutas con varias entregas para que los conductores tengan garantizado un día de trabajo.
Estos conductores son independientes y Shippify los conecta con las empresas que necesitan distribuir los pedidos que recibieron.
“Hay un proceso operativo al que nos adaptamos de tal forma que los pedidos que lleguen a las tiendas ingresan a nuestro sistema y esta conexión nos permite crear rutas inteligentes”, comenta Loaiza.
Los principales mercados de Shippify son Brasil y Chile. Juntos, suman casi el 90% del total de sus transacciones. El resto, está dividido entre México y Ecuador.
En Brasil, presta servicios para Lojas Rede, la mayor cadena de cosméticos en el país; las operaciones de Amazon y Fedex, y la cadena departamental Carrefour. Y en Chile, brinda servicios a la cadena de tiendas departamentales Falabella, con más de 40 locales y considerada una de las compañías más valiosas de la región; Ripley, también una tienda departamental con casi 50 locales; y la plataforma online de Coca-Cola en ese país.
Además de las rutas inteligentes que menciona Loaiza, la startup también brinda información del envío en tiempo real. Quien solicitó un pedido, puede ver el trayecto e incluso comunicarse con el conductor. "En Latinoamérica hay calles sin nombre, pueblos fantasmas, favelas... A esos lugares nosotros entregamos gracias a los datos colaborativos que nos ofrece el conductor o el cliente final cuando recibe el rastreo", comenta.
El punto de partida
La idea ecuatoriana inició operaciones en Belo Horizonte, Brasil, porque Shippify obtuvo un financiamiento de US$ 15.000 de un programa de inversión en esa ciudad. La empresa no cumplía un año y provocó el mismo impacto que Uber en algunos países de la región: clientes satisfechos y, paralelamente, la resistencia de sectores que dominan el mercado. En su caso, Correos de Brasil, que aducía que el servicio era ilegal.
“Registrábamos unas 200 entregas al mes en ese momento. No era significativo, pero dado el modelo empezaba a generar un crecimiento interesante”, comenta Loaiza.
El impacto de su modelo de negocio ha sido recogido por medios internacionales como El País de España, donde destacó a la empresa como ejemplo de exportación de servicios, y el argentino Infobae, que lo calificó como “el Uber de los envíos”.
Hoy, en los cuatro países donde opera, Shippify realiza de 30.000 a 50.000 entregas mensuales. Y de US$ 700.000 en ingresos que reportó en 2017, ascendieron a US$ 1,8 millones en 2018.
El próximo año, Shippify espera expandirse a Perú y Colombia e incluso a países de Centroamérica. Para ello, espera obtener una nueva inyección de capital. Con estas nuevas operaciones, Loaiza calcula que los ingresos aumentarán a US$ 4 millones.
En 2016, Shippify obtuvo una capitalización de US$ 1 millón. Con una nueva que esperan recibir, “cerramos el primer seed founding y empieza una etapa más madura de la compañía, con estrategia financiera más agresiva y con planes de expansión”. Al igual que la estadounidense Uber, la idea ecuatoriana prepara más rutas para cruzar fronteras.