Un día como hoy, pero hace 100 años ocurrió unos de los episodios más repugnantes de la historia ecuatoriana. Este martes, 15 de noviembre, se conmemoran el centenario de la masacre obrera perpetrada por las fuerzas militares en Guayaquil.
Decenas de organizaciones sociales y gremios de trabajadores marcharon por las calles del puerto principal para recordar a los compañeros que lucharon en 1922 por mejoras salariales, una jornada laboral de máximo ocho horas, entre otros pedidos.
“Hoy como hace 100 años los distintos sectores sociales y populares, seguimos movilizados. Seguimos luchando para acabar con el sistema de explotación, para acabar con las clases dominantes y exigir políticas que signifiquen una mejor calidad de vida para todos”, dijo Nelson Erazo, presidente del Frente Popular.
Las organizaciones de trabajadores llegaron hasta el Malecón 2000, donde realizaron una ceremonia de conmemoración y exigieron al Gobierno de Guillermo Lasso que se respeten el derecho a una remuneración digna y la estabilidad del IESS.
Posteriormente, lanzaron rosas y cruces sobre el río Guayas, para recordar los cuerpos que fueron lanzados al agua por parte del Ejército ecuatoriano hace diez décadas.
Unos dicen que fueron cientos, los más radicales incluso hablan de miles de cuerpos, pero no hay una cifra exacta.
En Ecuador se venía incubando, desde 1914, una crisis económica y social, como consecuencia de las restricciones económicas producto de la Primera Guerra Mundial. En 1920, cuando empezó el mandato del presidente José Luis Tamayo, la situación no cambió.
Los más afectados fueron las clases de menores recursos económicos y el costo de vida alcanzó niveles muy altos, imposibles de soportar. Así mismo, la moneda ecuatoriana sufrió una desvalorización, según indica un reporte de Ecuavisa.
Es así que los primeros días de noviembre de 1922 se llamó en Guayaquil a la primera huelga de trabajadores, que pedía mejores salarios, la reducción de las horas de trabajo a la semana y la incautación de los giros internacionales para evitar la especulación con la venta.
Durante esos días, la Perla del Pacífico estuvo paralizada. La actividad comercial, industrial y social quedó parada.
El punto más álgido de la marcha llegó el 15 de noviembre, cuando una ola de gente se enfrentó contra el Ejército.
Según los historiadores, un batallón de soldados realizaron una espantosa carnicería en las calles, plazas, casas y almacenes. Luego, en la noche, varios camiones y carretas recogieron los cadáveres.
Algunos cuerpos fueron llevados por sus colegas y amigos a los cementerios. Otros, en cambio, fueron enterrados en fosas comunes o arrojados al río Guayas.
El hecho fue un punto de inflexión en los derechos de los trabajadores ecuatorianos, pero también quedó plasmado en la reconocida novela ‘Las cruces sobre el agua’ de Joaquín Gallegos Lara.