El cadáver fue localizado el pasado lunes en el sector de El Cajas, a 50 kilómetros al oeste de la capital azuaya. Los restos estaban en avanzado estado de descomposición, según informó Pablo Inga, jefe de la Dinased.
El oficial detalló que el cuerpo posiblemente habría sido abandonado hace unos 20 o 30 días. Además, estaba dentro de una tula (bolsa de viaje larga) de color amarillo.
“Al interior de la maleta había rocas”, afirmó Inga, quien presumió que se puso aquellos objetos para hundir el cuerpo y evitar que salga a flote.
El cadáver fue llevado a una unidad especializada y, tras un examen de ADN, se determinó que era José Andrés Vintimilla.
El joven se contactó con su familia el 16 de septiembre desde una vivienda de la localidad de Challuabamba, pero nunca más volvió a contestar el teléfono.
Al día siguiente, sus parientes acudieron al domicilio en el que fue visto por última vez y se encontraron con indicios de que la desaparición no habría sido voluntaria, sino un posible acto violento.
De hecho, Sebastián Poma, abogado de la familia, comentó en entrevista con Radio Tomebamba que en esa casa había manchas rosadas. Esas evidencias fueron recolectadas para determinar si pertenecen a la víctima.
Otro aspecto que llamó la atención es que dentro del vehículo del joven estaban las llaves de Jaime Junior V., lo que hizo sospechar que el auto quizás fue usado por el hombre.
Por ello, el 21 de septiembre, la Fiscalía formuló cargos contra el sujeto por presunta desaparición involuntaria y guarda prisión preventiva. Después, Jaime Alejandro V. fue vinculado al proceso. Los dos serían padre e hijo.
Poma recalcó que los dos implicados no son familiares cercanos de la víctima, solo conocidos.
“Habían hecho comentarios de que no les caía bien el chico, que querían hacerle daño y atentar contra su vida”, aseguró el jurista.
Por el momento, la familia no ha emitido ningún pronunciamiento. Las investigaciones continúan.
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