Ecuador se mantenía antes del impacto de la covid-19 como un país de desarrollo humano alto, según se desprende del Informe sobre Desarrollo Humano 2020 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), dado a conocer este martes en Quito.
El Indice de Desarrollo Humano (IDH) es una medición que comprende la longevidad, el nivel de vida y la educación, que en el 2019 se situó para Ecuador en el 0,759, posicionando al país en el lugar número 86 de 189 países y territorios.
Entre 1990 y 2019, el IDH de Ecuador aumentó de 0,648 a 0,759, un incremento del 17, 1%, precisa un comunicado emitido por el PNUD.
DESAFIOS GLOBALES
Representantes del organismo internacional dieron a conocer hoy en Quito los principales indicadores del último informe mundial, que pone de manifiesto los desafíos globales en reducción de la pobreza, desigualdad y daños ambientales.
Bajo la nomenclatura de "La próxima frontera: Desarrollo humano y el Antropoceno", la edición del informe mundial cumple su 30 aniversario colocando el foco en una nueva era geológica en donde el ser humano está moldeando su entorno.
Si bien el informe no recoge el impacto de la pandemia, al abarcar la situación en 2019, sí arroja una nueva visión del progreso humano que incluye retos como el combate a la pobreza y desigualdad, y aliviar la presión humana sobre el planeta.
El director regional para América Latina y Caribe del PNUD, Luis López-Calva, resaltó en una intervención virtual que "la pandemia de la covid-19 ha puesto e manifiesto los retos estructurales de nuestra región y amenaza con revertir décadas de desarrollo".
El informe identifica tres pilares sobre los que exhorta a construir un cambio: trabajar con la naturaleza y no en contra de ella; delinear los incentivos para todos los actores involucrados; y trabajar en el cambio de las normas sociales y culturales.
López-Calva recordó que la pandemia ha provocado un decrecimiento económico del 7 % en una región donde se han perdido 34 millones de empleos, tasas que superan las caídas de actividad en otras regiones del planeta.
"La salud, el empleo y los medios de vida se han visto tremendamente vulnerados" por la pandemia, mientras "la pobreza aumentó a niveles de hace una década en apenas tres meses de pandemia", recalcó.
CRUDA REALIDAD MUNDIAL
El informe presenta una cruda realidad a los dirigentes mundiales: o toman medidas contundentes para reducir la inmensa presión que estamos ejerciendo sobre el medioambiente o el progreso de la humanidad se detendrá.
El canciller ecuatoriano, Luis Gallegos, reconoció que la pandemia ha supuesto uno de los desafíos más grandes para los Gobiernos, "pues ha exacerbado las carencias".
Abogó por la adopción de "medidas urgentes para lograr la recuperación poscovid sin dejar a nadie atrás, pero especialmente a los más vulnerables" al acotar que los expertos calculan que la recuperación económica en el mundo llevará al menos de 3 a 5 años.
Gallegos consideró que el nuevo informe abre la oportunidad para explorar parámetros destinados a adoptar nuevas medidas para impulsar el desarrollo humano en armonía con la naturaleza.
"Ecuador apoya los instrumentos internacionales jurídicamente vinculantes tanto en derechos humanos, como el derecho al desarrollo", dijo, que "no lleven al enfrentamiento de las personas contra el planeta".
Por su parte, la responsable del área de Energía y Ambiente del PNUD, Mónica Andrade, encargada de presentar el documento, insistió en la tesis de que la intervención cada vez mayor del ser humano en ámbitos como la vida silvestre están provocando situaciones como la actual pandemia.
"Estamos pasando a una época en la que somos las personas las que estamos moldeando el planeta. La vida silvestre ha disminuido en casi el 70 % desde los años 70. La pandemia es una advertencia de lo que nos trae la era del Antropoceno", resumió.
Apuntó además a que la desigualdad interna se refleja en lo internacional: "El estrés que ejercemos sobre nuestro planeta se refleja también en las tensiones que se dan en muchas de nuestras sociedades".