De enero a diciembre de 2022 se lograron 88 adopciones en Ecuador. Sin embargo, en las casas de acogida hay miles de niños, niñas y adolescentes esperando un hogar. Gran parte son mayores de cinco años, lo que complica sus aspiraciones. El MIES redujo el tiempo que demoran los procesos, pero hay una cuenta pendiente del sistema judicial.
Después de tres años de casados, Nadia Gruezo y Ciro Narváez decidieron tener hijos. Lo intentaron cinco veces con distintos métodos y 20 doctores, pero nada funcionaba porque había una incompatibilidad genética entre ambos. El último golpe ocurrió en diciembre del 2021, el bebé falleció tras ocho meses de gestación.
Esta experiencia los dejó con un trauma físico y emocional muy grande, por lo cual decidieron dejar de intentarlo de manera natural y tener un hijo por la vía del corazón.
“El deseo de convertirte en madre a veces te ciega y te hace insistir por un camino que de pronto no funciona. Fue tanto así que sometimos nuestra relación a un proceso doloroso cuando la opción siempre estuvo ahí”, reconoce Nadia.
Agrega que en el Ecuador tampoco existe la suficiente socialización por parte de los médicos para plantear otras alternativas como la adopción. “Yo no quería dar a luz, yo quería ser madre”, dice la mujer de 40 años.
Aunque tenían muchas dudas, en marzo del 2022 iniciaron el proceso de adopción. Nadia y Ciro fueron una de las 161 familias que se inscribieron en la página web del MIES, luego fueron llamados para una entrevista en Guayaquil y acudieron a terapia. En mayo comenzaron con el curso de formación, hasta que en agosto fueron declarados idóneos para adoptar.
Nadia recibió la ansiada llamada cuando estaba trabajando, le comunicaron que tendría una niña de cuatro años. “Me mostraron una foto de ella y fue amor a primera vista. Sus ojos negros y las pestañas me cautivaron. Desde ese momento nació Raquelita en mi corazón”.
La pareja empezó el proceso de emparentamiento. Le enviaban regalos, conversaban por llamadas y videos, hasta que en octubre la conocieron físicamente.
“Vino hacia mí un poco temerosa y me abrazó, no pude contener las lágrimas. Ella con sus manitas me secaba las lágrimas y mi esposo me abrazaba, fue algo hermoso”.
Raquelita lleva cerca de cuatro meses en este hogar. Al inicio era un poco tímida, pero con el tiempo afloró su personalidad. Es una niña extrovertida que llena de alegría cada rincón. Los padres reconocen que cada día es un aprendizaje e intentan educarla de la mejor manera.
“Ver a mi hija y conversar de algo, ver una película con ella, es un regalo”, reconoce Ciro Narváez visiblemente emocionado.
Nadia, en cambio, recuerda que el tres de noviembre del año pasado, escuchó por primera vez una de las frases que más esperaba: “Te amo, mami”.
“Desde el primer momento en el que intentamos tener un hijo, eso es lo que mi corazón deseaba y fue un regalo del cielo poder escucharlo al fin”, comenta la madre.
El tiempo en el que se concretaba una adopción, entre 3 y 4 años, era uno de los factores que ahuyentaba a las familias. Sin embargo, el ministro de Inclusión Económica y Social (MIES), Esteban Bernal, comenta que actualmente una adopción puede efectuarse en 267 días (9 meses).
Esto debido a los cambios estructurales que se han hecho. Antes, por ejemplo, había un déficit de 108 funcionarios a nivel nacional en las Unidades Técnicas de Adopción (UTA). Entonces se redireccionó las funciones de algunos empleados y se logró cubrir la totalidad de las plazas.
Así mismo, se redujeron los tiempos de inscripción, abordaje del caso y talleres de formación, que ahora se pueden hacer bajo la modalidad semipresencial en un mes.
“Cumpliendo con normativas internas e internacionales, pero siendo completamente flexibles. Ya no son ellos los que se acomodan a los horarios del MIES, sino que somos nosotros los que se acomodan a la realidad de los padres”, mencionó Bernal en entrevista con Vistazo.
Hasta octubre del 2022, se contaba con 101 familias que fueron declaradas idóneas para la adopción, de las cuales 81 eran familias nucleares y 20 monoparentales. De estas cifras, 52 ya estaban a la espera de su hijo.
Bernal explica que si bien se ha reducido los tiempos, algunas familias quedan en pausa en cada una de las etapas. Todo depende del caso, algunas adopciones se pueden lograr en menos de nueve meses o más. También con el objetivo de precautelar la seguridad de los menores.
“El hecho que hayamos logrado la reducción no desestima el cumplimiento irrestricto de cada procedimiento que asegura una buena adopción para el niño. Nuestra obligación es precautelar el ambiente del niño, más allá del de los padres”.
Existen algunos factores por los cuales las familias solicitantes de adopción, no pueden culminar el proceso. Un porcentaje considerable se paralizan por situaciones psicoemocionales no resueltas por parte de los postulantes, razón por la cual, se solicita que tengan un acompañamiento terapéutico externo.
Luego de esto, algunas familias suelen darse cuenta que la adopción no se enmarca dentro de su proyecto de vida o que no se encuentran aptos para continuar con el proceso de adopción. Otra razón es la falta de tiempo y compromiso.
Otro de los problemas que truncan las adopciones es que la mayoría de familias declaradas como idóneas buscan un perfil de niños y niñas, no mayores a 5 años, con condiciones de salud sanas y que no formen parte de un grupo de hermanos.
Esto va en contra de la realidad de los menores que cuentan con declaratoria de adoptabilidad, pues el 97% en espera se encuentran en edades entre 6 a 16 años, el 49% padecen alguna enfermedad leve, moderada y grave; y, el 42 % forman parte de grupo de hermanos, según datos del MIES hasta octubre del 2022.
El ministro Bernal indica que para esta población se han suscrito convenios con organizaciones internacionales de Bélgica, Estados Unidos, España, Francia e Italia. En total son 16 acuerdos dirigidos a adopciones prioritarias.
“Hay un grado de mayor concientización en algunas parejas internacionales, pero deben cumplir regulaciones de Ecuador”, dice el funcionario.
Recalca que las familias nacionales o extranjeras no pueden escoger a su hijo adoptivo. El Comité de Asignación Familiar (CAF), basado en estudios e informes, realiza la asignación en el marco del perfil de idoneidad de la familia.
En las casas de acogida a nivel nacional hay alrededor de 2.265 niños, pero solo 251 tienen declaratoria de adoptabilidad, según datos del MIES hasta octubre pasado. El resto de menores están en procesos de reinserción familiar o a la espera de la resolución judicial, que puede durar años.
Es lo que vivió Daniela Chacón Arias, exconcejal de Quito, quien a través de Twitter contó que a finales de diciembre recibió en su hogar a un niño grande, pero para ello tuvo que pasar por la inoperancia judicial.
“Nuestro hijo tuvo que esperar 5 años para que un juez lo declarara adoptable. Una vez que lo hicieron, solo nos tomó 3 meses estar juntos. Es inaudito que el sistema judicial le falle tanto a los niños y niñas. Es ahí a donde deben ir las reformas legales”, escribió.
Y es que este paso es crucial para que los menores puedan conseguir una familia con mayor facilidad, pues de los 166 niños, niñas y adolescentes que se encuentran en el Comité de Asignación, esperando por una familia, el 80% pertenecen a casos de atención prioritaria (mayores de 5 años, hermanos o con algún problema de salud).
Es necesario también que la cultura ecuatoriana rompa con el tabú de la adopción y se empiece por concientizar sobre la importancia de darle una segunda oportunidad a miles de menores que anhelan un futuro mejor.
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