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Nacional

Caso Gabela: 10 años tras la verdad

miércoles, 9 diciembre 2020 - 07:51
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El general sí tiene quien le  escriba. Los nietos que no  conoció hablan del hombre de la foto y le preguntan a  la “abuela Patricia” si está triste  porque extraña al “abuelo Jorge”.
 
En pocos días se cumplirán  10 años del crimen de Jorge Gabela Bueno, quien fue comandante de la Fuerza Aérea, entre  enero de 2007 y abril de 2008.
 
Patricia Ochoa viuda de Gabela es una mujer frontal. “He  perdido la fe en la justicia ecuatoriana, pero sigo buscando la  verdad”. La Fiscalía reabrió el expediente en 2018, luego de que  parte de la información oficial  fuera desclasificada a través de  un recurso judicial.
 
 
Esto se logró  mediante una acción de acceso a  la información pública, requerida por la Defensoría del Pueblo.
 
Todo apunta a que hubo ocultamiento. Y que el gobierno correísta usó los recursos a su alcance para posicionar la tesis de  un delito común, cuando fue un  acto de la delincuencia organizada.  En breve, la Fiscalía hará públicos sus  hallazgos. Vistazo conoció que darán un  giro completo al tema.  Una comisión especial de la Asamblea,  de carácter multipartidista, estudió los  hechos en 2018. 
 
Concluyó que se trataría  de un crimen de Estado. Aún más, determinó que hubo un intento deliberado por  encubrir a los responsables.  El informe final estableció que el comité interinstitucional, creado en 2012 por el gobierno de Rafael Correa para  aclarar las circunstancias que rodearon el  asesinato, “no fue independiente ni imparcial, pues estaba integrado casi en su  totalidad por funcionarios del Ejecutivo,  sin incluir la participación de familiares  de la víctima y organismos de defensa de  Derechos Humanos”.
 
 
El comité interinstitucional, según  dictaminó la comisión legislativa, funcionó en forma “negligente, informal y sumido en un manto de secretismo, al punto  que no hay grabaciones de ciertas  reuniones”. Aunque lo integraban ministros de Estado, asistían  asesores o sus delegados.
 
Gabela habría muerto como  resultado de un ataque premeditado a su domicilio, en la urbanización Tornero del Río, en Samborondón, en diciembre de 2010.  Su hija llegaba de una reunión navideña, y al ingresar al conjunto  cerrado vio en la garita de ingreso  a un vehículo de gran porte que la  seguía. Él trató de defenderla y  recibió disparos.
 
La justicia identificó y apresó a los presuntos autores materiales, en un proceso  lleno de cabos sueltos.
 
Durante la investigación especial que realizó la comisión legislativa, salió a la luz que el 18  de noviembre de 2013, “en la reunión del comité interinstitucional efectuada en las instalaciones  del ECU-911 en el parque Itchimbía, el 18 de noviembre de 2013  se dieron a conocer los nombres  de los presuntos autores intelectuales del asesinato, nombres que constaban en el informe discutido en dicha reunión”. 
 
En esto coincidieron tanto el perito  Roberto Meza Niella, contratado por Justicia como investigador independiente,  como Lenín Lara, quien era ministro de  Justicia en esa época.  Ambos comparecieron ante esa comisión legislativa que realizó la investigación durante cinco meses. 
 
Héroe de guerra
 
Doña Patricia recuerda  cómo lo conoció. Estudiaba  en el colegio Stella Maris, de  Manta, y salió con su hermana, como chaperona, para  acompañarla en una cita con  su enamorado. En esa salida  conoció al oficial que le llevaba nueve años.
 
Él había nacido en Quito y era el más  joven de su promoción de  la Escuela Superior Militar  de Aviación (ESMA), de Salinas. Ingresó con 17 años,  por lo que le apodaron “Pollo” Gabela.
 
“Él me contó que había pensado: ‘con  ella me caso’, pero yo pensé que hablaba  demasiado y no me cayó muy bien al principio, luego descubrí que era
como yo, directo y franco.  Nos casamos cuando cumplí  21 años; nuestros tres hijos  llegaron poco después”.
 
Piloto de aviones A-37 y  Kfir. Fue uno de los cuatro  oficiales que vivieron la primera acción de combate aéreo real librada en la historia por aviones de la FAE, en  enero de 1981, como reseñó  Vistazo en la nota en que relataba las extrañas circunstancias que rodearon el asesinato. Ganó  en tres ocasiones la copa Taura Top Gun.  Tuvo nueve condecoraciones y acumuló  más de 2.944:20 horas de vuelo.
 
 
“Luego de la guerra se fue a Rusia.  Fue a ver aviones para el Ecuador. Uno  de los fabricantes le ofreció 750 mil dólares si daba paso a un informe favorable.  Me lo contó con indignación. Años después, cuando se negociaba la compra de  helicópteros, una fabricante le ofreció un  pago y él le sacó de la oficina. A otro oferente que le ofreció un porcentaje le respondió de tal manera que casi le da un  infarto al señor, que era de edad. Me dijo  que casi había perdido la cabeza, le gritó  que lo único que podía heredar a sus hijos eran principios”.
 
La compra de las naves
 
Todo indica que la oposición férrea de  Gabela a la compra de los helicópteros  Dhruv, y los constantes cuestionamientos a esas naves que empezaron a accidentarse en seguidilla, está relacionada  con su trágico desenlace.
 
El informe del legislativo recomendó  indagar los patrimonios de todos quienes tuvieron que ver con la adquisición  de las siete naves, al igual que los bienes  de los integrantes del comité interinstitucional que creó el correísmo para aclarar  la muerte.
 
También recomendó investigar las operaciones offshore de la empresa que vendió los helicópteros.  La compra de vehículos de alta gama, en efectivo y en el exterior, por parte de familiares de uniformados fue uno  de los temas analizados. En la instancia  de investigación legislativa se reveló que
las empresas oferentes tenían acceso a  información privilegiada sobre la contratación, inclusive tenían grabaciones  de audio de las sesiones reservadas.
 
Además, se conoció que  Gabela era vigilado y seguido por orden  de oficiales de alta jerarquía. Todo consta en el informe final.
 
“Mi esposo se dio cuenta que luchaba solo contra la corriente, por eso renunció a la comandancia de la FAE en  abril de 2008. Él fue comandante general un año y medio, nunca tuvo padrinos  políticos. Nosotros llevamos buscando  la verdad de su muerte desde hace 10  años”, dice doña Patricia.
 
Le llovieron propuestas para candidatizarse en este proceso electoral, así como para el anterior. Interesados no faltan, quieren llevar su nombre y su foto a  una papeleta. “Yo no conozco de la función pública, sería una forma de corrupción ocupar un cargo para el que no estoy preparada”. A veces se arrepiente de haber dedicado tantos esfuerzos a esclarecer  lo que ocurrió, “quitándoles tiempo a mis  hijos”.
 
“El fiscal Galo Chiriboga me lanzó papeles por el aire, otros funcionarios públicos me han mentido mirándome a los  ojos, el comité interinstitucional fue creado para esconder y callar”. Este año cumplirían 36 de matrimonio. En su ausencia  llegaron hijos políticos y nietos que lo conocen a través de fotos.
Patricia Ochoa viuda de Gabela no  cree en los informes, y continúa en su  lucha.
 
Ya es tiempo que su familia conozca la verdad.  

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