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Nacional

Big Money y KRC: las caras visibles de las 113 entidades de captación ilegal de dinero en ecuador

lunes, 2 agosto 2021 - 23:16
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“Yo tengo a mi papá enfermo y a mi hija que tiene que operarse, por eso puse 1.000 dólares con Don Naza. Pero tengo fe de que sí me van a devolver, me dijeron que el lunes me llamaban... Mis hermanos también reunieron un dinero y pusieron, ellos tienen 3.000. Dicen que primero están devolviendo a los más bajos por eso a mí ya me va a tocar...”, dice aún con esperanzas doña Carmen Zambrano, quien vive en una zona rural, a unos 25 minutos de Quevedo.

“Mi esposo tiene un camión bananero, pero ahorita no hay mucho trabajo porque el banano ha bajado de precio”, añade. “Un señor que dice que trabaja en la Judicatura y que vive por aquí cerca vendió su camioneta y puso la plata ahí. Hay otros que han vendido casas y terrenos. Aquí en Quevedo no hay nadie que no haya puesto plata o al menos tenga un familiar que lo haya hecho. Aquí en mi casa, la familia del maestro que está haciendo unos arreglos ha metido unos 2.000 dólares”, comenta un morador de la ciudadela El Guayacán, al sudoeste de Quevedo.

“Hoy llegó un bus con unas 35 personas de Quito. Un señor que se bajó decía que él había sido policía y que había reunido plata de ocho compañeros y había puesto a su nombre”, relató Carlos Luis Suárez.

Todos invirtieron en un sistema ilegal de captación de dinero liderado por un militar activo hasta hace un mes. Miguel Ángel Nazareno Castillo es quien estaba detrás de Big Money, una plataforma ilegal que funcionó al menos dos meses.

Cálculos preliminares hablan de un perjuicio de al menos dos millones de dólares a miles de familias de varias ciudades del país. Pero Don Naza no era el único. En Ambato, la Fiscalía allanó varios inmuebles y detuvo a 22 personas. El jefe policial de Tungurahua, Dorian Balladares, informó que esa organización, parecida a la de Quevedo, “daba intereses no autorizados por los organismos de control donde miles de personas estarían involucradas”.

Al día siguiente, cientos de “inversionistas” marcharon hacia la Gobernación a reclamar la libertad de los detenidos que incluyó a un policía en servicio activo: “Esta empresa nos ayudó a invertir nuestros ahorros en la época en que los políticos robaban.

En KRC nos direccionaron para tener un ingreso y no padecer tanto. Por eso pedimos que liberen a los detenidos”, expresó uno de los manifestantes al diario El Heraldo de Ambato.

Según la Superintendencia de Bancos, hay 113 “supuestas entidades sin autorización alguna y de dudosa procedencia que ofertan productos financieros con características falsas”. El listado incluye a la quevedeña Big Money y la ambateña Kapital Release Club o KRC. “En Internet hay una enorme variedad de estas inversiones casi milagrosas con intereses altísimos, pero detrás hay toda una estructura que hace muy difícil la gestión de control”, dijo Margarita Hernández, superintendenta de Economía Popular y Solidaria.

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EL GRAN NEGOCIO

Los sistemas piramidales de captación de dinero no son nuevos. Por lo general empiezan por “cadenas” entre amigos o compañeros de trabajo. Así empezó Miguel Nazareno según su propia confesión hecha a un canal de Quevedo días antes del escándalo.

Relató que como militar debió cumplir misiones en varias ciudades y que Big Money nació hace tres años en Quito, cuando prestaba servicios en el Hospital Militar. Contó que era un grupo cerrado con empleados de ese centro médico, incluidos doctores, donde por sorteo iban recibiendo cada mes su beneficio.

A Quevedo regresó hace dos años y dentro del Grupo de Fuerzas Especiales Cenepa, continuó con su actividad. Alegó que recién en mayo de 2021 abrió su “negocio” al público. Big Money tenía sus reglas. La “inversión” mínima era de 300 dólares y la misma persona no podía reinvertir lo ganado. Ofrecía interés del 90 por ciento semanal.

“La gente reunía el dinero entre hermanos y uno solo era el que metía la plata esta semana. Cuando la retiraba, era otro hermano el que iba a meterla nuevamente”, dice Juan Vera, un comerciante informal de los alrededores de la bahía Timoteo Quevedo, en el centro de esa ciudad.

Es decir que, si una persona ponía 1.000 dólares hoy jueves, el próximo jueves tendría 1.900. Si lograba reinvertir por una semana más, acumularía 3.610 dólares. Y si continuara de la misma manera las 52 semanas que tiene el año, la cifra se volvería monstruosa: 312 millones de dólares. “Hasta el Rey Midas hubiese quebrado más temprano que tarde”, comenta el economista fluminense Cesáreo Cárdenas, quien ayudó con los cálculos.

En Quevedo cuentan que hubo quienes empezaron a retirar sus ahorros de los 10 bancos privados que allí operan para ponerlos en Big Money. Otros, dicen, comenzaron a prestar a chulqueros al 10 por ciento para “invertir” al 90 por ciento.

“Creo que ni el mismo Nazareno dimensionó el lío en el que se había metido. Su formación académica es mala. Aquí lo conocemos, era pelotero y hasta lo botaban de los colegios por mala conducta”, añade Cárdenas. Se pudo comprobar que Nazareno fue futbolista juvenil del Deportivo Quevedo, que su título de bachiller no aparece en el sistema informático del Ministerio de Educación, pero sí es tecnólogo en Ciencias Militares de la Politécnica del Ejército.

WALL STREET EN AMBATO

En Ambato el sistema era algo más conservador, pero también tentador. KRC contaba con una infraestructura más compleja llamada “sistema potenciador de capitales”. Ofrecía duplicar la inversión en 67 días hábiles, unas 13 semanas.

Operaban con promotores o “líderes” encargados de cautivar a un grupo de clientes y buscar nuevos. Organizaban reuniones de Zoom de cerca de una hora para ilusionar a potenciales inversionistas: “Hace dos meses y medio estaba como ustedes escuchando una presentación y me pregunté si esto es para mí. ¿Pero cuándo me decidí? Cuando empecé a escuchar testimonios reales, a personas como tú y como yo deseosos de cumplir nuestros sueños...”. Así empezó su charla Jacqueline Rivera, una de las promotoras.

Manejaban cinco niveles de aportantes que iban desde 500 hasta 10.000 dólares, los llamaban máster, premium, silver, gold y diamante. Aseguraban que con un depósito de 1.000 dólares ganarían 30 diarios. Otro de los ofrecimientos era invertir en criptomonedas. Cuando este sistema empezó en diciembre de 2020, el bitcoin se cotizaba en 20 mil dólares con tendencia al alza que se mantuvo hasta abril donde llegó a los 63 mil. Pero en los últimos tres meses se desplomó a la mitad. Es decir que quienes invirtieron 1.000 dólares en abril, hoy ya han perdido 500.

¿CÓMO MULTIPLICABAN EL DINERO?

La primera alerta la recibió Don Naza cuando algunos medios detectaron las largas colas que formaban los ansiosos por “invertir”. Luego la Fiscalía puso un tuit anunciando el inicio de las investigaciones. El tuit, sin embargo, fue borrado.

“Yo invertí 300 dólares por la mañana y al mediodía se escuchó que los iban a capturar. Fui a retirar mi dinero, gracias a Dios me lo dieron”, revela Nelson Vera, un lotero del parque central de Quevedo. Efectivamente, esa noche, se dio un operativo en el que se retuvieron algunas evidencias. Desde ese día nadie sabe el paradero exacto de Miguel Nazareno.

Tres veces ha sido llamado a declarar y no ha acudido ni por videoconferencia. Las explicaciones sobre cómo multiplicaba el dinero no eran convincentes. Habló para ReyTv: “Tenemos cartas comerciales de lo que compramos y vendemos. Tenemos lo que es madera, línea blanca, tecnología, víveres de consumo masivo, es más, esta semana lanzamos nuestro primer almacén donde usted puede encontrar los precios bomba como le decimos”.

En KRC de Ambato, en cambio, los argumentos eran sofisticados: “Es un sistema que trabaja su capital en la bolsa de valores, específicamente en el mercado bursátil de Wall Street y se trabaja con el par US30CASH... Es decir, la empresa hace trading en el mercado Forex obteniendo una rentabilidad diaria de un 10 al 20 por ciento con las estrategias de nuestros trader máster y CEO de la empresa”.

El CEO era Ólger Hernán Mera Chicaiza, oriundo de El Corazón, Cotopaxi. Mera se graduó de bachiller químico-biólogo en Ambato y dijo estar estudiando Gestión Comercial y Marketing en el Tecnológico Edupraxis de esa misma ciudad. Asegura también haber estudiado Producción Audiovisual en España. Se hace llamar ingeniero, pero el Senescyt no muestra ningún título. En el SRI, su RUC aparece vinculado a Mastercash cuya actividad es “venta al por menor de gran variedad de productos en tiendas, entre los que predominan, los alimenticios, las bebidas o el tabaco”. En los últimos seis años su impuesto a la renta ha sido cero y tampoco ha pagado por la supuesta salida de capitales a Wall Street. En un video explica que está formalizando su empresa.

FUTURO INCIERTO

Llama la atención que en ninguno de los dos casos existan denuncias en contra de los mentalizadores de estos sistemas. Explican los abogados que penalmente se considerarían varias figuras jurídicas en contra de promotores y hasta de los mismos inversionistas. Las investigaciones de Fiscalía van por el camino de la captación ilegal de dinero y podrían ampliarse a delincuencia organizada.

El artículo 323 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) habla de que “la persona que organice, desarrolle o promocione actividades de intermediación financiera sin autorización legal, en forma habitual y masiva”, será sancionado con pena de tres a cinco años.

Pero la sanción es mayor para quien presta dinero a alto interés. El artículo 309 habla de la usura: “Quien otorgue un préstamo directa o indirectamente y estipule un interés mayor al permitido por la Ley será sancionado con pena privativa de libertad de cinco a siete años”.

Por esto último, los de KRC recomiendan ahora a sus clientes: “Se les aconseja ser prudentes con el vocabulario: en lugar de inversionistas utilizar la palabra socios, en lugar de empresa decir plataforma y en lugar de CEO decir ingeniero”.

Hasta ahora nadie quiere autodenominarse estafado y, al contrario, salieron a las calles de Quevedo y de Ambato a respaldar a susmecenas”.

Hernán Mera argumenta que está de brazos cruzados porque le incautaron todas las computadoras y anuncia una suspensión de actividades por tres meses. Mientras que un hermano de Nazareno afirma en redes que se ha empezado a devolver en grupos pequeños a través de intermediarios y de manera secreta. Esperanzada en eso, Carmen Zambrano no se separa de su teléfono esperando una llamada de la que depende la salud de su padre y la de su hija.

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