Una numerosa marcha de estudiantes, sindicatos y campesinos volvió a recorrer este viernes las calles de la capital ecuatoriana en el quinto día de protestas contra el Gobierno, en el que también se juntaron el incesante zapateo de los indígenas andinos y el sonar de las botas policiales.
Miles de personas desfilaron por las calles del centro histórico de Quito en el marco de la movilización nacional indefinida convocada por la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) contra las políticas económicas del Gobierno del presidente Guillermo Lasso (conservador).
El recorrido, que se ha repetido durante toda la semana, concluyó nuevamente con enfrentamientos entre los manifestantes y policías en la céntrica plaza de Santo Domingo.
El desfile ha sido en su mayor parte pacífico, con pocas interrupciones por el accionar de personas cubiertas el rostro que han intentado retirar las vallas que impedían el paso hacia el Palacio presidencial de Carondelet.
Aunque otra vez han resonado con potencia las bubuzelas, también han sido los tambores, guitarras y pingullos (flauta andina) los que han prendido el ambiente para que los manifestantes emulen los festejos andinos del Inti Raymi (fiesta del sol, en quichua).
Y es que en la cosmovisión andina, el solsticio de junio es el tiempo de los jóvenes, pero también en el que la Tierra, después de haber producido los alimentos, se ha puesto a descansar.
Por eso los campesinos bailan con un intenso zapateo para despertar a la Tierra, acompañado de un ritmo monótono y pegajoso que durante la marcha de protesta de este viernes también ha invitado a muchos jóvenes a participar del festejo.
Y mientras unos caminaban y otros zapateaban, el ruido de las motocicletas policiales se ha hecho eco en la plaza de Santo Domingo, donde los agentes esperaban a los manifestantes para intentar dispersarlos.
Gases lacrimógenos y el ruido seco de las botas de los agentes al marchar en la calzada han inundado la céntrica plaza capitalina, que suele ser donde concluyen las manifestaciones de protesta impedidas de llegar a la Plaza de la Independencia, donde se encuentra el palacio de Gobierno.
Algunas personas han sufrido síntomas de asfixia por la abundante acumulación de gas lacrimógeno en las estrechas calles del centro histórico de Quito, pero han sido asistidos por estudiantes de medicina y enfermería que han acompañado a las marchas para atender a los eventuales afectados.
La Conaie ha convocado a la protesta nacional indefinida con una plataforma de diez demandas que incluyen reclamos por el alza de los precios de los combustibles, los bajos precios que reciben los campesinos, la carestía de la vida, contra la minería, las privatizaciones, la flexibilización laboral y el respeto a derechos indígenas, entre otros.
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