El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, forjó una alianza estratégica junto al estadounidense Erik Prince, fundador de la empresa de seguridad privada Blackwater, para “fortalecer capacidades en la lucha contra el narcoterrorismo y la protección de nuestras aguas de la pesca ilegal”.
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“El crimen organizado ha sembrado miedo y ha creído que puede operar con impunidad. Se les acaba su hora. Empieza la ayuda internacional en el Ecuador”, declaró el mandatario, quien compartió en redes sociales una fotografía en la que se lo observa conversando con Prince, sin revelar más detalles sobre el plan de cooperación.
La empresa de seguridad privada Blackwater es una de las fuerzas beligerantes no estatales más grandes del mundo. Volvió a la escena pública en el 2024, después de que Prince expresó estar en contra de la permanencia en el poder del mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro tras un cuestionado proceso electoral.
El ejército privado comenzó a operar en 1997 bajo el liderazgo de Prince y el empresario Al Clark, como una empresa de seguridad que brindaba apoyo en capacitación a las fuerzas del orden de Estados Unidos. Un año después, levantó su primera base de entrenamiento en un terreno pantanoso de 2400 hectáreas, en el estado de Carolina del Norte.
Durante la guerra en Irak, desatada en 2003 tras una invasión por parte de Estados Unidos en dicho país con el antecedente del ataque terrorista contra las Torres Gemelas de Nueva York, el cual que dejó cerca de tres millares de muertos, Blackwater fue una de las empresas que brindaron custodia a diplomáticos estadounidenses, instalaciones gubernamentales y entrenamiento a fuerzas armadas.
En el 2004, su accionar a nivel internacional se extendió hasta Afganistán, Bosnia e Israel, lo cual se tradujo en un ingreso de cientos de millones de dólares. Más allá de llevar a cabo operativos de custodia y entrenamiento en países en conflicto, fueron contratados nuevamente por Estados Unidos para proteger edificios gubernamentales tras el arribo del huracán Katrina, que sembró caos en la costa del Golfo estadounidense y dejó cerca de 1300 muertos.
Masacres por disputas entre bandas criminales, sicariatos, asaltos que terminan en muertes o balas perdidas que alcanzan a víctimas colaterales son ya parte del diario vivir de los ecuatorianos, que en enero pasado vivieron el inicio de año más violento desde que se tienen registros.
Según cifras del Ministerio del Interior, en enero de este año se registraron 781 homicidios, 276 más que los 505 registrados en 2024, y 247 más que los 534 de 2023, año en el que Ecuador se situó a la cabeza en el índice de muertes violentas de Latinoamérica.
El número de asesinatos de enero de 2025 también es el más alto desde que asumió el poder en noviembre de 2023 el presidente Daniel Noboa, que busca la reelección en la segunda vuelta electoral programada para el 13 de abril en la que se enfrentará a la correísta Luisa González.
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Para enfrentar a los grupos de crimen organizado, a los que se les atribuye la escalada de violencia, dedicados principalmente al narcotráfico y las extorsiones, Noboa declaró al país en conflicto armado interno e impulsó sucesivos estados de excepción para incorporar a las Fuerzas Armadas al combate contra la criminalidad.
A mediados de febrero, Noboa instó el ingreso de fuerzas especiales internacionales para "reforzar" la lucha contra el crimen organizado transnacional y pidió Cancillería que, "respetando el marco constitucional y utilizando los canales diplomáticos correspondientes", realice los acercamientos para coordinar esfuerzos con otros países.
La Secretaría General de Comunicación de la Presidencia informó el planteamiento del Gobierno para que, "de manera temporal y en el contexto de la guerra declarada contra el narcoterrorismo" se lleve a cabo la incorporación de fuerzas especiales de países aliados para apoyar y potenciar las acciones de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.