Un niño de 11 años murió en la madrugada de este jueves en una favela de la ciudad brasileña de Río de Janeiro tiroteado en la cabeza por un menor de su misma edad que manipulaba un arma y al parecer disparó accidentalmente, informó la Policía.
El caso ocurrió hacia las 2.00 hora local (5.00 GMT) de este jueves cuando el menor identificado como Kauan Vitor da Silva jugaba frente a la puerta de su casa en el Complexo da Maré, un enorme conjunto de barriadas pobres en la zona norte de Río de Janeiro.
De acuerdo con los familiares de la víctima, el disparo fue hecho accidentalmente por otro niño de 11 años, que no fue identificado, que "jugaba" con un arma al lado de Kauan Vitor.
La Policía Civil de Río de Janeiro informó que abrió una investigación para establecer si el autor del disparo habría recibido el arma de miembros de la banda que controla el tráfico de drogas en el Complexo da Maré con la intención de reclutarlo prematuramente en la organización criminal.
El Complexo da Maré, el mayor conjunto de favelas de Río de Janeiro, reúne 17 barriadas pobres en la zona norte de Río, muchas controladas por bandas de narcotraficantes, y es una de las regiones más azotadas por la violencia en la ciudad.
El menor tiroteado llegó a ser conducido con vida hasta un puesto de salud vecino a la favela y trasladado al Hospital Municipal Souza Aguiar pero no resistió a las heridas y murió cuando era atendido por los médicos.
De acuerdo con datos de la organización no gubernamental Río de Paz, 58 menores de edad han muerto en Río de Janeiro desde 2007 víctimas de la violencia urbana, incluyendo casos de balas perdidas en enfrentamientos entre policías y criminales y víctimas de asaltos.
El caso más reciente ocurrió en mayo pasado cuando Joao Pedro Mattos, de 14 años, murió cuando jugaba dentro de su casa durante una operación policial en el complejo de favelas de Salgueiro, en Sao Gonzalo, uno de los municipios del área metropolitana de Río.
El menor estaba jugando con amigos dentro de una vivienda que fue impactada por cerca de 70 disparos hechos por agentes de la Policía -todos ya bajo investigación-, que alegaron estar persiguiendo a narcotraficantes.
A partir de este incidente la Corte Suprema restringió la libertad de la Policía para realizar operativos en favelas mientras duren las medidas de distanciamiento social impuestas en Río de Janeiro para frenar el avance de la pandemia del nuevo coronavirus.
En septiembre pasado la niña Agatha Félix, de 8 años y cuyo caso se ha convertido en emblemático, murió impactada por una bala de fusil cuando estaba dentro de un microbús junto a su madre e igualmente durante una operación policial en una favela de la zona norte de Río de Janeiro.
Ese mismo mes Kauê Ribeiro dos Santos, de 12 años, murió tiroteado en la cabeza, al parecer alcanzado por una bala perdida, durante un enfrentamiento entre narcotraficantes y policías en el complejo de favelas de Chapadao.
La Policía Militarizada llegó a acusar al niño de ser miembro de una banda de narcotraficantes y de haber resistido a una operación policial, lo que fue desmentido por familiares y testigos.
El presidente de Río de Paz, Antonio Carlos Costas, afirmó que, pese a tratarse de un caso relacionado a la violencia urbana, la muerte de Kauan Vitor da Silva no será incluida en las estadísticas de esa organización sobre niños víctimas de violencia por ser considerado como fruto de un accidente.
"Nuestras preocupación son las muertes directamente vinculadas a la violencia urbana, principalmente las balas perdidas, porque queremos reducir los enfrentamientos que han provocado tantas víctimas entre los habitantes de las favelas, comenzando por los niños", explicó Costas en declaraciones a Efe.
"El caso de hoy fue un accidente fruto de la enorme cantidad de armas de fuego presentes en las favelas de Río", agregó.