Un día una adolescente peruana decidió hacer un cover de The House of the Rising Sun de The Animals en quechua. Con 13 años, quería experimentar y escuchar los ritmos andinos en sus temas favoritos. Ahora, seis años después, Renata Flores Riveras, aquella misma joven, dice que nunca imaginó la responsabilidad que vendría con aquel cover (y otros más).
“No pensé que podría llegar a transmitir a mucha gente los problemas que tenemos" explicó, según el portal Eldiario.es
Renata es conocida en Internet por versionar canciones populares en quechua, como “I like it” de Cardi B o “Bad Guy” de Billie Eilish. Su canal de Youtube acumula 81.700 suscriptores y más de 6 millones de visitas.
"Poco a poco me fui dando cuenta de que, a través de la música, podría ayudar a muchas personas. Descubrí que sí había un fondo político, que mi voz podía luchar contra los estereotipos que pesan sobre este idioma y contra otras situaciones injustas" expresó.
Actualmente Renata se ha convertido en la reina del rap en quechua, de acuerdo a como la describió el New York Times el año pasado. Ella canta en el idioma de su madre y su abuela, y es una referente para otras mujeres andinas que buscan renovar las bases de la música quechua.
Flores es también compositora y tiene canciones inéditas, en las que realiza fuertes críticas sociales con enfoques feministas y antirracistas, pues cree en el valor de la música "empujar a la acción y empoderar a quienes sufren discriminación".
En su disco, Isqun, desarrolla relatos de mujeres valientes, que no se suelen contar a los niños y niñas de las escuelas en Perú. Por ejemplo, la de Rita Puma, una líder aimara ahorcada en 1930 por luchar a favor de la educación de la infancia indígena.
Flores canta sobre las mujeres andinas más destacadas en la historia de Perú “para tener una identidad y mantener la fuerza que tuvieron nuestros antepasados con sus luchas, y continuar sus batallas” indicó.
Para ella, algunas batallas todavía no están resueltas, porque, por ejemplo, todavía hay obstáculos al acceso de la educación de los niños y niñas indígenas.
"Cuánto tiempo ha pasado desde que Rita Puma se rebeló contra los terratenientes que no querían que los niños indígenas fuesen educados, por motivos obvios. Ahora sigue pasando lo mismo: la educación sigue estando fatal, especialmente la de los niños indígenas en las zonas rurales" aseveró con molestia.
Finalmente decidió que es mejor canalizar esos sentimientos de rabia e impotencia a través de la música, con sonidos contemporáneos, para despertar interés sobre la tradición andina entre sus contemporáneos: los jóvenes.
Renata ha escuchado las historias de sus abuelas, que desde muy pequeñas vivieron los mismos abusos que ella denuncia en sus canciones. Según ella, una de sus “abuelitas” era profesora durante la época de Sendero Luminoso, una organización terrorista de Perú; y ella le ha contado que nadie estaba tranquilo porque se llevaban a niños y niñas que tenían que dirigirse a pie hacia la escuela, en un camino que podía tomar horas.
Estas experiencias inspiraron 'Qam hina', una canción que denuncia los riesgos a los que se enfrentan los niños peruanos de zonas rurales para llegar al colegio.
De la misma forma, su otra abuela no pudo culminar sus estudios por la distancia que tenía que recorrer hasta el centro de estudios y por los ideales de que las mujeres debían quedarse en casa paseado las ovejas y en la cocina.
Renata también canta contra los femicidios. En Perú el año pasado se registraron 120 asesinatos machistas, mientras la ola feminista aún se encuentra en expansión. Recientemente la cantante participó en un conversatorio sobre el arte para frenar la violencia de género.
Flores no solo hace referencia a las vulneraciones de derechos actuales, sino a las de mucho tiempo atrás, remontándose al proceso de colonización. Por un lado, celebra la "fusión" de culturas, pero también critica el lado oscuro del evento y las violaciones a la vida de las mujeres indígenas que eran comercializadas.
En Perú, el 13% de los hablantes de quechua no han transmitido este lenguaje a sus descendientes por miedo a los rechazos y burlas de los demás, según los medios locales.
"El idioma es marginado en mi país por muchos y quienes lo hablan son discriminados. Se liga a la pobreza, al analfabetismo", criticó Renata, quien efectivamente vivió miradas de desprecio hacia su abuela, hablante de quichua, cuando la recogía en fiestas de cumpleaños.
La joven llegó a admitir que incluso ella tenía miedo. Sin embargo, ha logrado absorber lo mejor de su familia: la música y el idioma. Actualmente se encuentra perfeccionando el quechua y estudia cultura andina en un instituto especializado, así como producción musical.