Finlandia es considerado “el país más feliz del mundo”. No solo sus servicios públicos son los mejores, sino que tiene muy bajas tasas de desigualdad, pobreza e inseguridad. El problema que enfrenta esta nación, que se escucha casi ideal, es que se está quedando sin fuerza productiva.
En el país europeo hay cuatro mayores de 65 años por cada diez personas en edad de trabajar y para 2030, en menos de 10 años, esta proporción subirá a uno por cada dos. Por ello el Gobierno, dirigido por Sauli Niinistö, ha calculado que, para solventar el envejecimiento demográfico, necesitarían un saldo migratorio de 20 mil a 30 personas por año.
Sobre todo, se están enfocando a atraer migrantes que ocupen los puestos dentro de la provisión de servicios públicos y cuidados geriátricos. El plan es mejorar la ya de por sí excelente calidad de estos sectores, para cubrir el inminente déficit en el sistema de pensiones jubilares.
ATRACTIVO LABORAL
‘Talent Boost’ es el nombre del programa que se lanzó hace cuatro años y busca mejorar el atractivo laboral de Finlandia. Pese a las buenas condiciones sociales que ofrece el país escandinavo, está teniendo problemas para atraer migrantes debido a la dificultad de su idioma, las condiciones climáticas (se encuentra muy cerca del círculo polar) y lo complejo que es lograr formar parte del tejido empresarial del país.
El diario Excelsior entrevistó a un migrante llamado Ahmed, quien llegó al país por motivos familiares y no pudo encontrar empleo dentro de su campo de especialización, aún teniendo una amplia experiencia en ello. Finalmente optó por trabajar en la ciudad alemana de Düsseldorf, pero le toca realizar viajes semanales entre los dos países.
Sin embargo, el cazatalentos de la agencia Talented Solutions, Saku Tihveräinen, dijo que como la falta de mano de obra se hace cada vez más evidente, el mercado laboral se está soltando. Por ejemplo, indicó que una fábrica tecnológica en expansión contrató 2 mil personas y oficializó el inglés como lengua de trabajo.
“Convencer a solteros no supone un gran problema, pero captar parejas y familias es difícil porque los cónyuges siempre tienen enormes problemas para encontrar un trabajo decente", explicó a Excelsior el alcalde de Helsinki, Jan Vapaavuori.
Sin embargo, confían en que sus esfuerzos por mejorar el atractivo de la ciudad darán sus frutos, ya que la pandemia, al contrario de otros lugares del mundo, habría “reforzado los valores de la ciudad: segura, funcional, fiable y previsible”.
Finlandia es uno de los países que ha gestionado mejor los efectos de la pandemia, al haber actuado con rapidez. Desde el inicio de la pandemia, el año pasado solo ha reportado 94,719 casos de covid-19 y 696 muertes.