En los primeros días de la pandemia, era habitual ver en la televisión estadounidense la intervención del Dr. Anthony Fauci. El especialista era consultado sobre el tema de la pandemia por medios, productores, celebridades, excolegas y el público general, de modo que se mostraba como una eminencia en el tema.
Tal era el frenesí por obtener información que Buzzfeed News elaboró un reporte de más más de 3.200 páginas de correos electrónicos de la bandeja de entrada de Fauci, correspondientes a fechas de enero a junio de 2020. Asimismo, The Washington Post publicó 860 páginas de correos electrónicos durante marzo y abril de 2020.
En estos correos se evidencia a Fauci como una fuente honesta sobre el Covid-19, en medio de la administración de Trump.
“Esta es la Casa Blanca a toda marcha y yo estoy en medio de ella”, escribió el experto en un correo fechado al 2 de febrero y publicado por BuzzFeed. “Con reminiscencias de los días posteriores al ántrax”.
En su calidad de director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, Fauci había trabajado para seis administraciones de presidentes de Estados Unidos y en 2020 se convirtió en la cara pública del combate al coronavirus. No obstante, esto llegó con un costo.
CANSANCIO
“Estoy muy cansado. No duermo mucho estos días”, dijo el hombre en uno de sus correos.
El efecto era tan notorio que el editor en jefe de JAMA, Howard Bauchner le envió un mail diciéndole que “está sobreviviendo” y demostraba preocupación por su carga de trabajo.
Fauci dijo que estaba “aguantando”. “Se siente como mi pasantía y mi primer año de residencia cuando estaba de turno cada dos noches y cada dos fines de semana, pero en realidad nunca salí del hospital porque los pacientes estaban muy enfermos”, redactó.
Incluso el jefe el experto, el director de los Institutos Nacionales de Salud, Francis Collins, tenía que recordarle que duerma.
“Estoy crónicamente fatigado, no duermo mucho. Estoy constantemente informando, hablando, haciendo cosas, con suerte, sacando adelante la causa correcta”, dijo Fauci en una entrevista con la CNN.
Pese al cansancio, el hombre no dejaba que esto perturbara y siempre sacaba tiempo para responder cordialmente a las inquietudes de todas las personas, incluyendo a los completos desconocidos.
EL MÉDICO DE TODOS
Los correos indican que alguien se comunicó el 4 de marzo y le preguntó si las vacunas contra la neumonía podían brindar protección contra el covid-19. Fauci respondió detalladamente una hora después y quien hizo la pregunta no se lo podía creer.
“Honestamente, nunca esperé que respondiera y le agradezco desde el fondo de mi corazón por ser tan generoso”.
Asimismo, otro médico le envió un correo sospechando que un paciente podría tener covid y Fauci aconsejó sobre cómo tratarlo, adjuntando “No dude en llamarme o enviarme un correo electrónico”.
Fauci se ganó decenas de seguidores mientras trataba de hacerle frente a la pandemia, contra un demasiado optimista Trump, que minimizaba los efectos de la pandemia. Esta conducta también le generó detractores al doctor, quienes en su mayoría eran seguidores del presidente.
El asunto escaló a tanto que en un momento Fauci necesitó equipo de seguridad para continuar sus labores. Eventualmente Trump, quien previamente señaló que respetaba al experto pero que no compartía su punto de vista, redujo el tiempo de cuánto podía aparecer en la televisión para ofrecer advertencias y le quitó la invitación de informar en la Oficina Oval.
Pese a ello, el profesional siempre manifestó que la política nunca lo influenció ni lo disuadió de decir la verdad.
“Nunca me pusieron un bozal ni me dijeron que no podía hablar públicamente sobre nada durante esta administración. Puedo asegurarles que no me están censurando”, escribió.
Actualmente es médico asesor de Joe Biden, y de acuerdo a la CNN, ha declarado que “los días de exceso de confianza y los datos sueltos habían terminado”.