Han pasado 75 años desde que los bombarderos estadounidenses Enola Gay y Bockscar arrojaran sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki las primeras, y hasta ahora, únicas bombas nucleares usadas contra civiles.
Ambas armas atómicas fueron lanzadas desde el cielo con tres días de diferencia. Aunque el impacto de estas bombas causó la misma gran catástrofe, estás armas eran completamente distintas.
La bomba nuclear, con diseño tipo cañón, "Little Boy" era tan simple que consideraron innecesario realizar una prueba antes de su lanzamiento.
Bomba "Little Boy"
El 6 de agosto de 1945, un bombardero Boeing B-29 lanzó esta primera bomba nuclear sobre Hiroshima. El artefacto explotó a las 8:15 AM a unos 600 metros de altura. La detonación provocó una explosión equivalente a 16 kilotones de TNT y se calcula que destruyó cerca del 70% de la ciudad.
Por otro lado, Fat Man, poseía un sistema de detonación más complejo, así que se probó con anterioridad en la denominada Prueba Trinity del 16 de julio de 1945 en un área desértica de Nuevo México (EE.UU.).
El 9 de agosto de 1945, "Fat Man" fue arrojada sobre Nagasaki. Explotó a las 11:02 AM a unos 470 metros de altura, con una detonación equivalente a 21 kilotones de TNT. Más del 40% de la ciudad fue destruida.
La detonación de “Fat Man” demostró ser superior al modelo de cañón de Little Boy, y sigue siendo utilizado en las armas nucleares modernas.
Las diferencias entre “Little Boy” y “Fat Man”
En agosto de 1939, tras el inicio de la Segunda Guerra Mundial, los Gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido y Canadá, junto a la dirección del Ejército de Estados Unidos, establecieron El Proyecto Manhattan, cuyo objetivo era ganar a la Alemania nazi en la carrera por el desarrollo de las primeras armas nucleares.
Este programa de investigación y desarrollo fue realizado en secreto en una gran variedad de sitios en Estados Unidos y Canadá. Aunque, actualmente el más reconocido es el Laboratorio en Los Álamos, Nuevo México, conocido como Proyecto Y.
Bajo la dirección del físico teórico Robert Oppenheimer, en aquel lugar se trabajó en el diseño de las bombas que utilizaron como combustible para la fisión uranio-235 y plutonio-239.
En un principio, se formaron dos equipos, uno que avanzó con el diseño conocido como “Thin Man”, que con el tiempo sería la bomba tipo cañón “Little Boy”. Mientras, el otro grupo se encargó del diseño de implosión de “Fat Man”.
Bomba "Fat Man"
Thin Man fue elegido por su simpleza, sin embargo, se hizo evidente que este solo podría funcionar con uranio-235, un isótopo del uranio-238 encontrado en la naturaleza, y no con plutonio-239, un elemento artificial surgido como residuo de la fisión del uranio 235.
Las primeras bombas nucleares se basaban precisamente en la fisión de los átomos de uranio 235 o plutonio 239. Este fenómeno fue descubierto en 1938 por el físico alemán Otto Hahn y consiste en la separación de un núcleo al entrar en contacto con un neutrón.
Este proceso genera dos nuevos núcleos que liberan energía y más neutrones. Cuando los neutrones golpean con otros núcleos, se puede generar una reacción en cadena autosostenible, conocida como criticidad, que provoca una gran cantidad de energía. Si esta se descontrola, llegando a la supercriticidad, desata una explosión nuclear.
Tanto “Little Boy” como “Fat Man” buscaban llegar a la supercriticidad de su “material fisible” de distintas maneras.
“Little Boy” poseía en un extremo una “bala hueca” de uranio enriquecido a un 80% de uranio-235, compuesta por seis anillos con un peso de 26 kilogramos. En el otro lado, contaba con un “blanco” con dos anillos de 38 kilogramos.
Estas masas se encontraban en un estado de subcriticidad, es decir, sus átomos no habían comenzado a fisionar en una reacción en cadena. Sin embargo, al momento de la detonación, un explosivo convencional impulsaba a la bala contra el blanco a gran velocidad. Esto provocaba el acercamiento de ambas masas, desatando la reacción en cadena descontrolada, entrando a la supercriticidad y generando así la explosión.
Según la simulación NukeMap, que fue realizada por Stevens Institute Of Technology de Nueva Jersey, la bola de fuego inicial de la bomba “Little Boy”, vaporizó todo en un radio de 180 metros. Esta llegó a extenderse aún más, aunque fue reduciendo su fuerza progresivamente. Entre un radio de 180 y 340 metros se llegó a observar el 100% de fatalidades, la destrucción total de todos los edificios.
Por otro lado, “Fat Man” buscaba comprimir una esfera de 6,3 kilogramos de plutonio-239 mediante la detonación de explosivos convencionales. Esto era complejo de conseguir, por esta razón se decidió por un ensayo previo.
La bomba pesaba aproximadamente 4.670 kilogramos, medía 3,3 metros con un diámetro de 1,5 metros de diámetro y al momento de estallar 500 metros sobre Nagasaki liberó 21 kilotones de energía, con apenas una fracción del material fisible.
La bola de fuego creada por "Fat Man" evaporó todo en un radio de entre los 200 y los 760 metros, ocasionando que la destrucción fue casi total, así como también las fatalidades.
Se calcula que ambos bombardeos son responsables de la muerte de cerca de 400.000 personas hasta la actualidad. No obstante, es posible que nunca se sepa la cantidad de exacta de muertos, debido a que Japón no contaba con buenos censos al momento, y la explosión evaporó cuerpos y documentos por igual.
Desintegrar ciudades en un instante, hasta aquel momento, solo era un sueño morboso planteado por la peor ciencia ficción de la primera mitad del siglo XX. Pero, sin aviso alguno, este se convirtió en una posibilidad que marcó las relaciones de poder entre los países; un avance tecnológico que rompió los límites del progreso del ser humano, pero que también, puso en duda la supervivencia del mismo.