Estos últimos días Israel y Palestina se han convertido en grandes hervideros de un conflicto que parece estar a punto de llevar a estas dos naciones a una cuarta guerra. Los ataques han escalado desde enfrentamientos entre judíos y musulmanes en la Gran Mezquita de Jerusalén, hasta el bombardeo a Tel Aviv (Israel) por parte de Movimiento Hamás (de Palestina).
Pese a las advertencias de las organizaciones internacionales de derechos humanos, por la muerte de civiles, el primer ministro Benjamín Netanyahu y el presidente de Palestina, Mahmud Abas; así como el líder de Hamás en Franja de Gaza, Ismael Haniyeh, dijeron que responderían sin contención alguna ante cualquier ataque.
Así, este 12 de mayo es el tercer día de terribles enfrentamientos entre dos países y dos religiones, que con el paso de cada hora parecen intensificarse más, arrastrando consigo a más personas inocentes. Los cohetes desde el enclave -más de un millar, la mayoría interceptados o fallidos- mataron hoy, según el servicio de emergencias israelí United Hatzalá, a un niño de seis años, elevando a siete las víctimas en Israel. En Gaza, 65 palestinos han muerto desde el lunes, entre ellos 16 niños.
INICIO DEL CONFLICTO
Todo empezó en el mes de abril, cuando un juzgado de Israel ordenó a varios palestinos desalojar sus asentamientos en el barrio de Sheikh Jarrah, muy cerca de la Ciudad Vieja de Jerusalén, para que se construyan más asentamientos israelitas en la zona. Varios miembros de la comunidad palestina de la zona decidieron entonces realizar manifestaciones apoyando a las familias que estaban a punto de ser expulsadas, lo que resultó en una detención masiva por parte de las autoridades de Israel.
Los enfrentamientos entre uniformados y civiles dejaron 10 heridos. De acuerdo con la policía israelita, los manifestantes detuvieron el tránsito y empezaron a atacar a las autoridades con piedras y botellas. Personal de seguridad indicó que se les dio un “tiempo razonable” a los manifestantes para que se dispersen antes de actuar en el asunto.
Después, el 6 de mayo hubo otra manifestación por la ocupación israelí, donde al menos 22 palestinos resultaron heridos. Ante las amenazas y el conflicto, la Corte Suprema de Israel instó a los ciudadanos a llegar a un acuerdo para evitar la expulsión. Sin embargo, eso no fue posible y el 7 de mayo más de 250 personas resultaron heridas en las marchas, mientras se encontraban en la Explanada de las Mezquitas, durante la celebración de una de las fiestas más sagradas para los musulmanes: el Ramadán.
Con 17 oficiales heridos, la policía de Israel mató a dos palestinos e hirió de gravedad a un tercero después de que estos abrieran fuego contra uniformados de un puesto de control de Cisjordania. Bajo la premisa de que los ciudadanos eran terroristas, las autoridades les dieron tiros fatales. Entre el 8 y 9 de mayo el número de enfrentamientos y de heridos siguió creciendo en múltiples barrios de Israel, de acuerdo a la Media Luna Roja (Cruz Roja).
BOMBARDEO
El pasado 10 de mayo el movimiento islamista Hamás amenazó con tomar acciones militares si los israelitas no se retiraban de la Explanada de las Mezquitas hasta las 18:00 (hora local). Para ese entonces, los enfrentamientos en el sitio ya habían dejado al menos 700 palestinos y 50 policías israelitas heridos. Finalmente, más de 100 misiles fueron lanzados esa noche “en respuesta a sus crímenes y a su agresión contra la Ciudad Santa". Afortunadamente fueron interceptados por las fuerzas militares de Israel, pero el gobierno tuvo que evacuar a miles de personas que se hallaban en el Muro de los Lamentos, un lugar sagrado para los judíos.
A partir de ese momento, el ejército israelí anunció una serie de ataques premeditados hacia los palestinos, que dio como saldo al menos 20 muertos, de los cuales nueve eran niños y uno fue el comandante Bassem Issa, de Hamás. El movimiento islamista prometió una respuesta “contundente” hacia el ataque.
El día de ayer, el conflicto se intensificó con más cohetes lanzados hacia Israel, que dejó tres personas fallecidas. Durante un encuentro televisado recogido por el portal Milenio, el líder del movimiento islamista Hamás afirmó que está "listo" para enfrentar una intensificación de los ataques israelíes en la Franja de Gaza.
DIVISIÓN MUNDIAL
Según el digital Ynet, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, habría confirmado hoy al gabinete de seguridad que rechazó una propuesta de Rusia para alcanzar un alto el fuego. Además, el mismo medio informó de que el gabinete aprobó este miércoles un plan para intensificar los ataques sobre las milicias palestinas en el enclave.
Y es que algunos países ya han escogido sus bandos, adelantándose a la gran catástrofe en lo que este problema podría derivar. Mientras que los países de la Liga Árabe expresaron su apoyo al pueblo palestino, Estados Unidos y varios países de Europa indicaron que respaldaban a Israel.
Los recuerdos son hoy las tres guerras de 2008, 2012 y 2014, esta última la más sangrienta, con más de 2.200 víctimas fatales palestinas y 73 israelíes. Miles resultaron heridos.
MISIL Y AMENAZAS
El brazo armado de Hamás disparó hoy un misil antitanque -el segundo después del lanzado por la Yihad Islámica el lunes- contra un vehículo blindado militar y mató a un soldado israelí de 21 años. De madrugada, las milicias lanzaron una nueva ráfaga que hizo sonar las alarmas en el área de Tel Aviv y que mató a un hombre y su hija de 16 años, árabes israelíes, en la ciudad de Lod.
Durante el día, 15 proyectiles fueron disparados hacia la ciudad israelí de Dimona, donde se ubica una planta nuclear, mientras subía la retórica de la guerra con amenazas y plazos de nuevos ataques. El movimiento islamista Hamás, que gobierna en Gaza, aseguró que no aceptará una tregua hasta que paren los bombardeos. El número dos de la organización, Salah al Arouri, dijo este 12 de mayo en una entrevista con el canal de televisión Al Aqsa TV que los cohetes y misiles disparados en los últimos días son "existencias viejas" de las cuales querían deshacerse y que aún no han disparado el arsenal más nuevo.
Por la tarde, las milicias palestinas lanzaron 130 cohetes más contra las ciudades israelíes de Netivot, Sderot y Ashkelón, esta última especialmente castigada en la jornada de ayer.
CAÍDA DE TORRE EN GAZA
Los bombardeos israelíes en el bloqueado y superpoblado enclave palestino fueron especialmente intensos durante cuatro horas esta mañana en la ciudad de Gaza y continuaron intermitentemente durante el día. Además, una torre de 14 plantas, Al Shuruq, se derrumbó tras ser bombardeada, después de haber recibido una orden de evacuación.
En total, 500 edificios residenciales y 52 instalaciones gubernamentales, principalmente estaciones de policía y asociaciones de Hamás, han sido bombardeados en esta escalada. El Ejército israelí llevó a cabo una operación junto a los servicios de inteligencia que mató simultáneamente a 10 comandantes militares, de los cuales cuatro eran encargados de investigación y desarrollo y producción.
Según el portavoz militar israelí Jonathan Conricus, desde el lunes al menos 25 milicianos "de diversos rangos y antigüedad, pertenecientes a Hamás y la Yihad Islámica" han muerto en ataques selectivos.
SIN VISTAS DE ALTO EL FUEGO
"Estamos avanzando hacia una guerra a gran escala. Los líderes de todos los bandos tienen que asumir la responsabilidad de una desescalada", pidió hoy el enviado de la ONU para Oriente Medio, Tor Wennesland.
Estados Unidos enviará "inmediatamente" al subsecretario adjunto para Asuntos Palestinos e Israelíes del Departamento de Estado, Hady Amr, a la región para mediar en el conflicto y reunirse con líderes israelíes y palestinos.
Una delegación de seguridad egipcia acudió este miércoles a la Franja de Gaza en una visita breve en la que se reunieron con las facciones palestinas para llegar a un acuerdo de alto el fuego con Israel, para el que intentan mediar junto a Catar y la ONU.
El movimiento islamista insistió hoy en sus demandas de parar "la represión en Jerusalén", durante las protestas y disturbios de estas semanas previas que han sido el detonante de esta nueva escalada de violencia entre israelíes y palestinos, al borde de una nueva guerra con más implicaciones que las anteriores.