Nuevos bombardeos israelíes golpearon el sábado esa localidad fronteriza con Egipto, donde viven 1,3 millones de palestinos, es decir, más de la mitad de la población total de Gaza. En su gran mayoría, se trata de refugiados que huyeron de la ofensiva israelí en otras zonas de la Franja.
Cinco policías murieron en dos bombardeos, según fuentes de seguridad palestinas. Las fuerzas israelíes afirmaron que dos altos cargos militares de Hamás murieron en uno de ellos.
Tras afianzarse en la ciudad de Gaza y en Jan Yunis, Israel da señales de preparar una operación terrestre en Rafah.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pidió el viernes a los militares elaborar un "plan combinado" de "evacuación" de civiles de Rafah y de "destrucción" de Hamás en esa ciudad.
"Es imposible lograr el objetivo de la guerra sin eliminar a Hamás y dejando cuatro batallones de Hamás en Rafah", afirmó. Para ello, es necesario que "los civiles evacuen las zonas de combate", añadió.
El movimiento islamista palestino, que gobierna Gaza desde 2007, advirtió en un comunicado del riesgo de "una catástrofe y una masacre que podría conllevar decenas de miles de mártires y heridos".
Un poco más al norte, el Ministerio de Salud de Hamás informó de "intensos combates" en el hospital Nasser de Jan Yunis, donde aún permanecen 300 empleados, 450 heridos y 10.000 desplazados.
El ejército y el servicio de seguridad interior israelíes afirmaron por su parte el sábado que descubrieron un túnel de Hamás en la ciudad de Gaza, bajo la sede de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA).
El canciller israelí, Israel Katz, consideró que esta "revelación (...) exige una acción inmediata", y afirmó que "la dimisión inmediata" de Philippe Lazzarini, director de la agencia, "es imperativa".
La UNRWA, a la que Israel acusa de estar "totalmente infiltrada por Hamás", indicó por su parte que no ocupa su sede desde el 12 de octubre.
La población de Rafah vive en la máxima incertidumbre. "Estamos entre la vida y la muerte y no sabemos si mañana habrá esperanzas de una tregua o cambios en el terreno", dijo Basel Matar, un desplazado.
"Forzar a más de un millón de palestinos desplazados en Rafah a evacuar de nuevo [la ciudad] sin un lugar seguro adonde ir sería ilegal y tendría consecuencias catastróficas", afirmó Nadia Hardman, especialista en derechos de personas migrantes y de refugiados para la oenegé Human Rights Watch.
El jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, advirtió que "una ofensiva israelí sobre Rafah provocaría un desastre humanitario indescriptible y graves tensiones con Egipto".
Países como Alemania, Arabia Saudita, Jordania y España, expresaron también sus temores, al igual que Naciones Unidas.
Estados Unidos alertó que no apoyaría una operación "sin planificación y sin reflexión" sobre el destino de los civiles.
En una inusual crítica hacia Israel desde que empezó la guerra hace cuatro meses, el presidente estadounidense, Joe Biden, juzgó "excesiva" la "respuesta en la Franja de Gaza" al ataque del 7 de octubre.
El conflicto estalló ese día, cuando milicianos islamistas mataron a más de 1.160 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a unas 250 en el sur de Israel, según un balance de la AFP basado en datos oficiales israelíes.
En respuesta, Israel prometió "aniquilar" a Hamás y lanzó una incesante campaña de bombardeos y operaciones terrestres contra Gaza, donde han muerto hasta ahora 28.064 personas, principalmente mujeres, niños y adolescentes, según el ministerio de Salud del gobierno de Hamás.
Israel ha impuesto restricciones financieras a la principal agencia de la ONU que proporciona asistencia en la Franja de Gaza, lo que ha impedido que un envío de alimentos para 1,1 millones de palestinos llegue al enclave, según denunció el director de la agencia el viernes.
Lazzarini informó que un convoy de alimentos donados por Turquía se encuentra varado desde hace semanas en el puerto israelí de Ashdod. La agencia señaló que el contratista israelí con el que trabajan recibió una orden de las autoridades aduaneras israelíes para "no procesar ningún producto de la UNRWA".
Debido a este bloqueo, 1.049 contenedores de alimentos básicos como arroz, harina, garbanzos, azúcar y aceite de cocina (suficientes para alimentar a 1,1 millones de personas durante un mes) permanecen retenidos. Esta situación es especialmente grave teniendo en cuenta que se estima que el 25% de las familias en Gaza se encuentran en una situación de hambre catastrófica.
En el frente diplomático, un "nuevo ciclo de negociaciones", auspiciado por Egipto y Catar, y con la participación de Hamás, empezó el jueves en El Cairo con el fin de obtener un mayor acceso a la ayuda humanitaria a Gaza y un canje de rehenes en manos del movimiento islamista por presos palestinos en Israel.
La delegación de Hamás dejó la ciudad el viernes después de unas "conversaciones buenas y positivas" con los mediadores, dijo una fuente del grupo.
Una tregua de una semana a fines de noviembre permitió canjear a un centenar de rehenes por presos palestinos. Se estima que unas 132 personas capturadas el 7 de octubre permanecen todavía en Gaza y que 29 de ellas habrían fallecido.
Según el portal Axios, el jefe de la CIA viajará la próxima semana a Egipto para intentar lograr una nueva pausa en los combates y la liberación de rehenes.
La guerra en Gaza también exacerbó las tensiones en Líbano, Irak, Siria y Yemen, donde grupos apoyados por Irán han lanzado ataques en apoyo a Hamás, generando represalias de Israel y de Estados Unidos y sus aliados.
Tres personas, entre ellas dos civiles, murieron el sábado en ataques israelíes en Líbano, uno de ellos dirigido contra un alto cargo del movimiento palestino Hamás que sobrevivió, informaron a la AFP fuentes de seguridad libanesa y palestina.