El sacerdote argentino, Fernando María Cornet, incardinado en la arquidiócesis italiana de Sassari, fue expulsado por el papa Francisco este jueves tras ser hallado culpable de haber cometido cisma, es decir, intentar crear división en el seno de la Iglesia, según se dio a conocer en un comunicado.
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“Se hace saber que el Santo Padre Francisco, con decisión suprema y definitiva, ha destituido del estado clerical a don Fernando María Cornet, de conformidad con el art. 26 SST2021 y exento del celibato eclesiástico”, reza el documento, firmado por el canciller Antonio Spanu.
Cornet, de 57 años, quien fue ascendido a sacerdote en 1992, en Tucumán, al norte de Argentina, argumentó desde hace más de una década que el pontificado de Francisco no era legítimo y expuso su tesis en reiteradas ocasiones a través la publicación de un libro y la concesión de múltiples entrevistas.
El otrora párroco no consideraba al papa como verdadero debido a que, para él, la renuncia de Benedicto XVI en 2013, un hecho inédito en la historia de la Iglesia, no debió ser reconocida. Por ello, reiteraba que la posterior elección de Jorge Mario Bergoglio, el actual sumo pontífice, no se reviste de oficialidad.
Incluso, el ahora exsacerdote comenzó a referirse a Franscisco como "antipapa" en los últimos años, llegando a titular así el libro que escribió y publicó desde Italia en el 2023, “¿Habemus antipapam? Investigación en honor a la verdad”.
“Me aconsejaron usar un seudónimo para protegerme, pero no lo hice porque estaba diciendo la verdad”, comentó Cornet recientemente en una entrevista. Pese a recibir una acusación por parte de la Iglesia de cometer cisma poco después, se rehúso a retirar el libro de circulación.
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Después del veredicto de culpabilidad, el papa Francisco tomó la resolución inapelable de destituir a Cornet, quien hasta el final del proceso señaló que la Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF), la primera y más antigua de las Congregaciones de la Curia Romana, "no le explicó cuáles fueron sus errores".
Joseph Ratzinger, conocido como Benedicto XVI, dimitió al puesto de sumo pontífice en el marco de escandalosas revelaciones que involucraban al Vaticano, como los Vatileaks, como se denominó a la filtración de una serie de documentos secretos que involucran a la Santa Sede en eventos de corrupción, y denuncias de encubrimiento de casos de abuso sexual a menores.
Al anunciar su renuncia, Ratzinger indicó que tomó la decisión debido a que ya superaba los 80 años y sentía que su fortaleza física no era suficiente como para llevar a cabo las tareas que debía realizar día a día como papa.