Gabriel Ben-Tasgal, experto argentino israelí en terrorismo y conflictos, asegura que la paz con Arabia Saudita está cercana y que al firmarla cambiará el Medio Oriente. “El problema palestino ha dejado de interesar, solo en América Latina se cree lo contrario”, sostiene en esta entrevista en Guayaquil con Vistazo.
Hay falta de gobernabilidad en el territorio de la autoridad palestina. Su Presidente es muy débil, no llama a elecciones desde hace 19 años. En algunas ciudades gobierna, pero en la gran mayoría no lo hace.
Unas ciudades son de la Yihad Islámica, otras de Hamás. Además, hay gran corrupción. Los palestinos hacen, desde 1928, una incitación de forma automática que se conoce como Haba, según la cual los judíos quieren destruir la mezquita de Dasawa. Se la cita cuando buscan un tumulto. Piden que hagan algo para defenderla y así una persona coge un cuchillo o un auto y ataca. Después se glorifica al mártir.
Es muy difícil detener este tipo de eventos. Sin embargo, el tema palestino se ha vuelto irrelevante en Medio Oriente, aunque algunas personas en América Latina piensen lo contrario. Muchos países árabes quieren acercarse a Israel.
El gobierno actual es muy de derecha y además ha decidido hacer unas reformas profundas al sistema judicial. En Israel la justicia tiene poca legitimidad, sobre todo porque los jueces decidieron que todo tema político puede ser judicializado.
Utilizando el principio de racionalidad, si una decisión gubernamental no les parece razonable, la cancelan, incluso lo han hecho con decisiones que se adoptaron de forma legal. De 15 jueces, 12 son universalistas y la justicia se ha inclinado para un lado y ahora el gobierno en un día quiere cambiarla.
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En las protestas hay aquellos que están preocupados por la democracia y los que quieren que se vaya el actual primer ministro “Bibi” Netanyahu.
El politólogo Robert Dahl sostuvo que hay varias fuentes de autoridad. La primera es la Ley. Un profesor se respeta porque esa es la Ley. Otra fuente es la tradición.Una familia que tiene riqueza de larga data en una sociedad, se respeta por tradición. Las otras dos fuentes son el carisma y el conocimiento.
Netanyahu tiene el mayor carisma de todos los que han sido primeros ministros de Israel y me atrevería a decir que mayor al de muchos presidentes del mundo y también tiene un conocimiento acumulado impresionante. Por último, ha hecho dos cosas extraordinarias siendo primer ministro: la economía está en excelentes condiciones y ha logrado que Israel se transforme en una potencia tecnológica.
Netanyahu tiene una visión macroeconómica muy desarrollada. Él considera que, para ser una potencia en Medio Oriente, se requiere de cuatro cosas. Primero se debe ser una potencia militar pues a quien no lo es, aunque suena bastante cruel, se lo comen.
Pero para ser potencia militar es necesario ser una potencia económica, sino no se pueden pagar los gastos. Un israelita promedio recibe 55 mil dólares anuales. El país tiene la moneda más fuerte del mundo.
A esto se suman el poder tecnológico y el poder moral. Si a esto se añade el hecho que estamos en una transición energética, donde el petróleo va perdiendo importancia y países petroleros de la región buscan diversificar su economía y porque todos tienen miedo de Irán, buscan acercarse a quien puede defenderlos, que es Israel.
El problema de “Bibi” Netanyahu es que por tantos años en el poder, él piensa que es el rey Bibi y que él es el Estado. Sin embargo, no se puede negar que tiene atributos excepcionales, es un primer ministro que muchos países quisieran tenerlo y otros como presidente.
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Creo que en los próximos cuatro años vamos a ver una paz formal entre Arabia Saudita e Israel, depende de cuán bien preparen los líderes de Arabia Saudita a sus habitantes para el cambio que va a venir.
Esa era política antigua de Arabia Saudita en los años 80, radicalizar y fomentar mezquitas que radicalicen. Hoy Arabia tiene una generación real joven que piensa diferente y cuyo gobernante de facto es Mohamed bin Salmán, quien busca lograr coherencia entre varios de sus primos, que cuentan con sus propios ejércitos, sus propios negocios, sus propios pozos y sus propias políticas exteriores.
Para esto debe limpiar a todos los clérigos radicales, y poner a nuevos líderes religiosos que cambien el discurso de asesinar a todos los judíos.
En las festividades del último Ramadán pusieron como orador principal a un imán que se declara sionista y que ha ido a Auschwitz. El mensaje tradicional debe ser adaptado a un proceso de paz que va a existir. Cuando esto ocurra va a cambiar el Medio Oriente.
El palestino ocupa varias funciones en la cultura europea. Es aquella persona que lidia con los judíos, pero como después del Holocausto es políticamente incorrecto machacar a los judíos, se ataca a Israel.
Al mismo tiempo, existe mucha incultura sobre el conflicto palestino israelí, porque se piensa que es un conflicto por tierras, cuando es un conflicto religioso. Nos han inculcado siempre que los conflictos son sobre cosas materiales, agua, tierra, petróleo, pero el conflicto palestino judío es religioso. No del lado judío, sí del palestino que no acepta un Estado judío cristiano en tierras islámicas y luego la humanidad tiende a estar con el débil.
Después de la guerra de 1967, Israel es el más fuerte y en teoría uno se convierte en paladín de la justicia si apoya al débil, que en este caso se percibe a los palestinos.
En Medio Oriente existen cuatro fuerzas. Están los países de la media luna chiíta: Irán, Irak, Siria y Líbano, y los hutíes en Yemen. Ellos son la principal amenaza según los demás. Hay miedo que Irán acceda a armas nucleares.
El error fue de Barack Obama que pensó que lo podía meter a Irán en la comunidad internacional y lo iba a moderar.
El segundo grupo son los que no tienen un Estado y quieren un califato y que son muy radicales como: Al Qaeda, Hezbolá, el Estado Islámico. El tercer grupo lo conforman países muy radicales ideológicamente, que no están implicados en terrorismo en forma directa, como son los hermanos musulmanes de Catar y Turquía.
Entregamos la organización de un Mundial de Fútbol a un país que tiene una televisión en árabe yihadista. Al Jazeera en inglés es la madre Teresa de Calcuta, pero en árabe es terrible.
Por último, están los países sunitas no radicales, con ellos Israel está firmando la paz. Saben que sigue un período pospetrolero y ven la amenaza iraní y por ello se acercan a Israel.
La guerra en Ucrania y Rusia ha demostrado que existen ejércitos y tigres de papel. ¿Rusia es uno de ellos? E Irán también.
Rusia necesita cobrar todo lo que le dieron a Assad en Siria y además las armas en Irán, pero no meterse con Israel. De hecho, ellos dominan Siria, pero no controlan a los iraníes que operan a la sombra por ello cuando Israel los ataca, inmediatamente se comunica a Rusia para que ningún soldado ruso esté ahí.
A los rusos les viene perfecto que se saquea los iraníes del suelo sirio. Ucrania nos ha pedido la cúpula antihierro, para defenderse de los rusos y drones de buena calidad. Esto representa un dilema para Israel: nos solidarizamos con Ucrania pues es el país atacado, pero no podemos darles armamentos que nos creen un problema con los rusos.
Si Alemania, que nos vende submarinos nucleares, nos pidiese la cúpula antihierro, se la daríamos, pero si terminaría en manos ucranianas nos generaría un problema. A Ucrania les hemos apoyado con hospitales y equipos de salud para una guerra.
A muchos países del mundo les interesa que la guerra continúe en Ucrania, pues les conviene que Rusia se siga desgastando. La guerra va a continuar hasta que se canse Rusia o que los rusos la resuelvan domésticamente.