El papa Francisco inició hoy su último día de estadía en el país con una visita al ancianato "Hermanas de la Caridad", situado en un valle cercano a la capital.
Cientos de personas esperaron al papa en las afueras de la Nunciatura, donde se aloja, para verlo en persona por última vez y otros más se ubicaron a los costados de las vías por las que circuló camino a la casa de ancianos, en la localidad de Tumbaco.
Ya en el lugar, Francisco ingresó a una capilla, estuvo unos minutos en oración silenciosa frente a un crucifijo mientras en las afueras sus seguidores le pedían bendiciones.
Posteriormente se reunió con los ancianos del lugar, regentado por seguidoras de la Madre Teresa de Calcuta, donde uno de ellos le colocó un sombrero como obsequio.
El sumo pontífice se saludó con cada uno de los ancianos que lo esperaban en un patio, muchos de los cuales estaban sentados en sillas de ruedas, y posteriormente hizo un breve recorrido por el lugar.
Antes de salir, Francisco posó para fotografías con las hermanas de la Caridad, las bendijo y departió con ellas un cortísimo momento transmitido por televisión en el que se las vio reirse con soltura tras un comentario del sumo pontífice.
A la salida cargó un niño con el que posó para una fotografía y bendijo a los presentes, entre ellos, algunas personas con discapacidad.
El papa viajará hoy a Bolivia, su segunda parada del corto viaje latinoamericano, que incluye también a Paraguay.