El Ecuador es un país con un valioso e incipiente potencial minero que apenas ha concesionado el 6.95 por ciento de todo su territorio nacional, y tan solo el 1.56 por ciento se encuentra en su fase de explotación, percibiendo importantes ingresos a través de sus exportaciones, según cifras del Ministerio de Energía y Recursos Naturales no Renovables.
Según el Banco Central del Ecuador, hasta agosto de 2020 los minerales ocuparon el cuarto lugar entre los productos más exportados por el país, después del petróleo, banano y camarón, y en agosto del presente año las exportaciones mineras superaron los 120 millones de dólares, en comparación a julio del mismo año donde alcanzaron los 42 millones de dólares.
Es por ello que, desde los sectores público y privado y la academia, se plantean diversos escenarios que permitan a este sector desarrollarse de manera eficiente y sostenible. César Vásquez, viceministro de Minas (e) del Ministerio de Energía y Recursos Naturales no Renovables, resalta la importancia de la demanda del capital humano que requiere la minería en el país, mostrando cifras alentadoras para la contratación de profesionales en esta área.
En la actualidad, el desarrollo de las operaciones mineras ha generado cerca de 33.000 puestos directos y 100.000 indirectos de trabajo. Sin embargo, Vásquez señala que en los próximos 10 años, el escenario laboral tendencial para el país, llegará a los 135.113 empleos directos y 405.340 de manera indirecta agrupando a diversos profesionales.
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El viceministro considera que las universidades tienen el desafío de preparar a profesionales multidisciplinarios para cubrir las próximas demandas, mejorar la capacidad del talento humanos y fortalecer la investigación y educación en las distintas comunidades involucradas a este sector. Un ejemplo del involucramiento con este sector es la nueva incorporación de carreras como la de Ingeniería en Minas por parte de la Universidad SEK, la cual busca fomentar una minería responsable con el ambiente y el bienestar social de todos sus integrantes y profesionales.
El desarrollo de las operaciones mineras ha generado cerca de 33.000 puestos directos y 100.000 indirectos de trabajo.
Oro verde una apuesta sostenible
Una minería responsable es el principal reto planteado desde diversos sectores que rodean a la minería en el país. Carla Paredes, técnica del Instituto de Investigación Geológico y Energético, menciona que el Oro Verde es una iniciativa que radica a través de la historia desde diferentes zonas de conflictos, como por ejemplo la República del Congo.
Ante esta realidad, Paredes resalta el interés del país por llegar a tener un abastecimiento responsable, integrar la cadena de suministros por medio de una evaluación ambiental y social con el cumplimiento de estándares voluntarios traducidos en una minería verde u oro verde.
Esta iniciativa también busca involucrar a la Minería Artesanal y de Pequeña Escala (MAPE) en el Ecuador, por medio de un esquema voluntario en el cumplimiento de estándares que certifiquen la buena procedencia del oro. La misma tiene como objetivo promover una MAPE formal e inclusiva mediante el reconocimiento del mercado por sus buenas prácticas y la trazabilidad del oro a través de un pago justo.
Paredes indica que existen varias condiciones para la vinculación de certificaciones con la MAPE, considerando que para que una organización pueda certificarse debe estar formalizada (pequeña minería y minería artesanal), ser de base comunitaria, tener una línea de producción (mina y planta de beneficio) entre otros aspectos. Varios de los beneficios radican en la obtención de mejores precios, acceso a nuevos mercados de comercio y una exportación directa, eficiencia en la producción, acceso a pre-financiamientos, y otros.