Cada año, América Latina y el Caribe es responsable de la fuga de 576.000 toneladas de plásticos hacia los océanos y tan solo el 2% de sus ciudades tiene programas formales de reciclaje. Según cifras de la plataforma Latitud R, aproximadamente 2 millones de trabajadores aportan el 50% de lo que se recicla en esta región y tan solo el 10% de ellos están organizados, pero trabajan en condiciones de marginalidad y de precariedad laboral.
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En el Ecuador, la recolección y venta de residuos es una actividad que se desarrolla por más de 50 años, a través de la recuperación de materiales reciclables para ser vendidos en distintas ciudades. Sin embargo, a partir del año 2000 estos actores empiezan a aparecer en las estadísticas económicas y sociales a nivel nacional.
Felipe Toledo, coordinador de Latitud R en Ecuador, menciona que como parte de la evolución que ha tenido el sector de recicladores en el país, desde el 2011 esta plataforma regional ha buscado contribuir a la economía circular y fomentar sistemas sostenibles de reciclaje inclusivo, para mejorar las condiciones de los recicladores de base.
Latitud R es la evolución de la Iniciativa Regional para el Reciclaje Inclusivo, y fue creado por el Banco Interamericano de Desarrollo, BID LAB, Coca-Cola Latinoamérica, PepsiCo, la Red Latinoamericana y del Caribe de Recicladores, Fundación Avina y la empresa DOW y .
A través de sus proyectos, Ecuador cuenta con 1.235 recicladores de base y 50 asociaciones. En la actualidad, el reciclaje inclusivo y los recicladores de base están inmersos en el código orgánico del ambiente, a través del artículo 282.
Toledo también manifiesta que, gracias a diversas gestiones ejecutadas a nivel local, la plataforma ha conseguido la acción de 3 ordenanzas municipales de reciclaje inclusivo en Cuenca, Ambato y Atacames, y 5 planes de reciclaje inclusivo en otras ciudades.
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Otro avance que ha tenido el reciclaje inclusivo en el país es la aprobación del primer debate de la ley de Economía Circular Inclusiva que al momento se encuentra en la Asamblea, así como otros convenios realizados junto al sector privado. Sin embargo, Felipe Toledo, coordinador de Latitud R en Ecuador, afirma que en el país es necesario trabajar en una normativa secundaria, actualizar ordenanzas municipales en línea con el código orgánico del ambiente, trabajar en conjunto con otros Municipios y el apoyo del segundo debate con una norma que fomente el reciclaje desde una perspectiva circular.
Propuesta de valor desde la industria textil y de calzado
Los recicladores y el alto valor agregado pueden convertirse en un puente para la innovación de la industria textil y de calzado, la cual es catalogada como una de las más contaminantes de este mundo.
Un ejemplo de aquello son las propuestas de calzado del diseñador quiteño, Felipe Fiallo, quien luego de un viaje por 10 meses a través de diversas provincias del país, conoció la realidad de diversos artesanos y recicladores del país, y a través del apoyo de 63 familias de las cuales el 20% estaban relacionadas al reciclaje pudo plasmar diversos diseños de zapatos innovadores con productos que eran desechados por diversas industrias y luego eran reciclados.
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Residuos de producciones del cuero y la tagua fueron combinados con tecnología digitales y llevados hacia una industria 4.0 para una colección de zapatos que utilizan las estéticas de un animal, pero reinterpretados desde el reciclaje, generando un valor económico a quienes reciclan estos materiales y a quienes tejen vinculando la artesanía con la innovación.
Las propuestas del diseñador ecuatoriano Felipe Fiallo se destacaron este año en el International Talent Support (ITS), una reconocida plataforma global de moda.