La sesión del Consejo de Seguridad del Estado transcurrió de forma reservada en el palacio presidencial de Carondelet, situado en el centro histórico de Quito, donde las distintas autoridades encargadas de la seguridad del país ofrecieron informes de inteligencia al futuro mandatario, que asumirá el poder en principio la próxima semana.
"Los temas centrales son los riesgos y amenazas que afronta Ecuador en el contexto del crecimiento del crimen organizado transnacional, así como las acciones e inversiones que ha realizado el Gobierno del presidente Lasso, en especial, a través de la Policía y las Fuerzas Armadas", señaló la Secretaría de Comunicación de la Presidencia en un mensaje publicado en redes sociales.
Entre los participantes en la reunión estuvieron los ministros del Interior, Juan Zapata; Defensa, Luis Lara; Gobierno, Henry Cucalón; y de Relaciones Exteriores, Gustavo Manrique.
Además, estuvieron el secretario nacional de Seguridad Pública y del Estado, Wagner Bravo, y el vicepresidente, Alfredo Borrero.
Esta sesión había sido pactada entre Noboa y Lasso en la primera reunión que dio inicio al proceso de transición, mantenida el 17 de octubre, dos días después del triunfo electoral del candidato de la alianza Acción Democrática Nacional (ADN).
Sin embargo, casi un mes después de ese primer encuentro, Noboa llegó a la reunión del Consejo de Seguridad del Estado sin anunciar públicamente quiénes ocuparán en su gabinete de ministros las carteras de Interior, de Gobierno y de Defensa Nacional.
Hasta ahora, el empresario, de 35 años, que le ganó el 15 de octubre la segunda vuelta de las elecciones presidenciales a la Luisa González, ha anunciado el nombramiento de ocho ministros donde destaca también la juventud de muchos de ellos, pero ninguno todavía en los ministerios que deben abordar directamente de la seguridad.
La crisis de inseguridad ciudadana será uno de los principales desafíos del corto mandato de apenas dieciséis meses que tendrá por delante Noboa, pues la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes se disparó en los últimos cinco años de 5,8 a 25,62, y este 2023 puede terminar en torno a 40, según expertos.
Esto situaría a Ecuador como uno de los países más violentos de Latinoamérica, a causa principalmente de la violencia de las mafias del crimen organizado y del narcotráfico, cuya actividad se ha incrementado rápidamente en los últimos años en el país andino.
En ese sentido, Noboa, hijo del magnate bananero y cinco veces candidato presidencial Álvaro Noboa, ya ha anticipado que se enfocará en reducir la criminalidad, la desocupación juvenil y la pobreza, como sus tres grandes prioridades en las que necesita obtener resultados rápidos.