La Contraloría General del Estado detectó irregularidades en la construcción y equipamiento de obras de recreación en las provincias de Santa Elena, Sucumbíos y Chimborazo.
Según un informe de auditoría de la institución, los trabajos y materiales no cumplieron las especificaciones técnicas, ocasionando deterioro prematuro, colapsos, aparición de grietas y filtraciones.
El organismo de control examinó las contrataciones efectuadas por el Servicio de Contratación de Obras (Secob), entre noviembre de 2015 y diciembre de 2020, para la construcción y mantenimiento de los parques Marino Valdivia (provincia de Santa Elena), Turístico de Nueva Loja (Sucumbíos) y para la readecuación de los refugios Hermanos Carrel y Whymper (Chimborazo).
El informe del examen especial, aprobado en febrero de 2022, señala que en el sendero del Parque Turístico Nueva Loja se utilizó madera que no cumplió con las características técnicas estipuladas en el contrato.
La documentación de la contratación no contiene ensayos que garanticen el cumplimiento de las propiedades físicas y mecánicas para certificar que el material empleado sea madera dura, tipo teca o colorado. Esto ocasionó pagos injustificados por $ 1’843.984, así como el deterioro prematuro de los caminos y pasamanos.
Aunque los estudios a las propiedades de la teca han establecido que tienen una vida útil de 10 a 15 años, luego de dos años de la entrega de esta obra, se identificó un alto deterioro y roturas. En agosto de 2018, un tramo de cuatro metros del sendero colapsó, provocando la caída de 15 personas que transitaban por el lugar en ese momento.
Entre 2018 y 2019, el Servicio de Gestión Inmobiliaria del Sector Público tuvo que efectuar contrataciones por $ 1’509.953, para mantenimientos correctivos y reparar las estructuras dañadas.
En el Parque Marino Valdivia los auditores advirtieron la ausencia de planes y presupuestos destinados a la conservación del lugar, que originaron el deterioro de estructuras metálicas, cielos rasos, cubiertas y canaletas, valoradas en $ 228.152.
Los funcionarios de Inmobiliar no aplicaron procedimientos adecuados para el mantenimiento de las estructuras metálicas y de madera, como el uso de desoxidantes, anticorrosivos, pintura de barco y aceite de teca, que previenen efectos adversos del ambiente salino.
La empresa contratada para el equipamiento del parque no entregó los manuales para la operación y mantenimiento de los equipos, sin embargo, no se impuso la multa de $ 1’432.713 por 1.440 días de retraso en la entrega de estos documentos.
El incumplimiento produjo que se desconozca las instrucciones para el mantenimiento de los sistemas de purificación de agua, depuradores de agua residual de mar y aguas servidas, analizador de calidad del agua, sistemas de bombeo, válvulas y difusores, comprometiendo la vida útil de los componentes.
Además, en los estanques de tiburones, pingüinos y lobos marinos no se aplicaron metodologías de construcción que garanticen impermeabilidad. Las pantallas de los muros presentaron filtraciones de agua, se observó pintura desprendida y manchas de humedad en trabajos por $ 82.8474.
Durante el examen especial se identificaron cobros duplicados, desembolsos a contratistas por trabajos que no fueron ejecutados y diferencias en precios unitarios. Estas inconsistencias sumaron pagos sin sustento por $ 136.994. Tampoco se impusieron multas por $ 32.502, ante la inobservancia de las obligaciones de los contratistas y cambios no autorizados en el personal técnico a cargo de las obras.