La tensión persistía el martes en Israel y en los territorios palestinos tras los primeros ataques aéreos israelíes en meses contra la Franja de Gaza, en represalia por el lanzamiento de un cohete desde el enclave palestino.
La fuerza aérea israelí bombardeó un supuesto almacén de armas de Hamás, el grupo islamista armado en el poder en Gaza, tras el disparo de un cohete desde este territorio de 2,3 millones de habitantes. Por el momento, nadie reivindicó el lanzamiento.
Hamás aseguró haber usado su defensa antiaérea para contrarrestar los ataques, que no causaron bajas, según testigos y fuentes de seguridad en Gaza.
Las sirenas de alerta habían sonado la noche del lunes en el sur de Israel, cuando el cohete fue disparado desde el enclave palestino, en el primer incidente de este tipo desde enero.
El artefacto fue interceptado por el sistema de defensa aérea Cúpula de Hierro, indicaron las fuerzas armadas israelíes, que precisaron que detuvieron a cinco personas en operativos de "contraterrorismo" en Cisjordania ocupada, un territorio separado de Gaza.
Las autoridades lanzaron estos operativos tras una serie de ataques recientes en Israel, dos de los cuales fueron perpetrados en Tel Aviv por jóvenes palestinos de Cisjordania.
Catorce personas han muerto en estos ataques en Israel desde el 22 de marzo, mientras que 23 palestinos han perdido la vida en incidentes u operativos israelíes en Cisjordania, un territorio palestino ocupado desde 1967 por Israel.
La Media Luna Roja palestina indicó el martes que 72 personas resultaron heridas en Burqaa, en el norte de Cisjordania, en enfrentamientos con el ejército israelí.
Palestinos protestaban contra una marcha de judíos nacionalistas hacia Homesh, un asentamiento evacuado por Israel en 2005 y que los colonos exigen que se reconstruya, cerca del pueblo de Burqaa.
MARCHA EN JRUSALÉN
En Jerusalén, bajo tensión desde el viernes, en coincidencia con la Pascua judía (Pésaj) y las grandes concentraciones por el mes sagrado musulmán del Ramadán, organizaciones de la derecha nacionalista israelí planearon una gran marcha por la Ciudad Vieja.
Más de 150 palestinos resultaron heridos en enfrentamientos con las fuerzas israelíes el viernes y el domingo en este lugar, que acoge diariamente a decenas de miles de fieles musulmanes durante el Ramadán, un lugar que también visitan los judíos en momentos puntuales.
Pero la presencia de los judíos durante el Ramadán y, sobre todo, la intervención de las fuerzas policiales israelíes en los lugares sagrados musulmanes ha provocado una ola de ira entre algunos palestinos, y también en el resto de la región.
La Explanada de las Mezquitas "seguirá siendo puramente islámica", reiteró el martes Hamás, que el año pasado lanzó salvas de cohetes contra Israel tras varios días de tensión en Jerusalén.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, llamó el martes al presidente palestino, Mahmud Abas, y al ministro de Relaciones Exteriores israelí, Yair Lapid.
Blinken subrayó "la importancia de que israelíes y palestinos trabajen para poner fin al ciclo de violencia en Israel, Cisjordania y Gaza, ejerciendo la moderación y evitando tomar acciones que escalen las tensiones", dijo el departamento de Estado.
Abas reiteró su rechazo completo a cualquier cambio en el statu quo histórico y legal, informó la agencia oficial palestina WAFA.
Lapid, por su parte, insistió ante Blinken sobre los esfuerzos de Israel para hacer frente a los disturbios de "cientos de extremistas islámicos".
El martes, Emiratos Árabes Unidos convocó al embajador de Israel en Abu Dabi para protestar por los "ataques contra civiles" en Jerusalén Este y las "incursiones" en la explanada, según la agencia emiratí Wam.
Por su parte, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, advirtió a su par israelí, Isaac Herzog, sobre "permitir provocaciones y amenazas contra el estatus y la espiritualidad de la mezquita Al Aqsa".
En tanto, Francia, Irlanda, Estonia, Noruega y Albania condenaron la violencia y llamaron el martes a poner fin a los enfrentamientos en Jerusalén.
"La violencia debe parar de inmediato. Y las bajas civiles deben ser evitadas de forma prioritaria", reza el comunicado de los cinco países europeos.
"El statu quo de los lugares santos debe ser totalmente respetado".