Esto con el objetivo de apoyar a la nación europea contra la invasión rusa, según revelaron documentos de inteligencia estadounidenses filtrados. Sin embargo, las autoridades ecuatorianas negaron la información.
El periódico The New York Times accedió a los informes etiquetados como “ultrasecretos”, en los que se indica que el Gobierno de Guillermo Lasso consideró enviar helicópteros de diseño soviético a Ucrania. Una medida que fue apoyada por Estados Unidos.
No obstante, los documentos, suscritos en febrero del 2023, no aclaran si Ecuador cumplió con sus intenciones.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador negó las supuestas negociaciones. En un comunicado, enviado al medio antes citado, manifestó que “la donación de bienes y suministros militares no se menciona en la legislación ecuatoriana, por lo que una operación de estas características sería imposible”.
De acuerdo a lo que describe el medio norteamericano, Ecuador planeaba enviar sus viejos helicópteros MI-17 a Ucrania para que Estados Unidos le proporcionara aviones nuevos.
Aunque las filtraciones tampoco dejan en claro si los funcionarios estadounidenses prometieron reemplazar los aviones ecuatorianos en caso de que fueran trasladados a Kiev, o incluso si el arreglo siguió adelante.
Esta teoría cobra fuerza por las declaraciones de Laura Richardson, jefa del Comando Sur de EE.UU., quien afirmó en enero que estaban trabajando con países latinoamericanos para donar equipos rusos a Ucrania y reemplazarlos con equipos estadounidenses.
Los documentos filtrados señalan que era probable que los ecuatorianos donaran los helicópteros, pero también podían cambiar de opinión por temor a que Moscú (Rusia) se enoje y rompa relaciones. De hecho, esa era la disposición del ejército ruso en caso de que se concrete la transferencia de armamento.
“Sin el apoyo logístico inmediato de Estados Unidos”, dice el análisis, “Ecuador podría reconsiderar su donación planificada frente a la presión económica rusa y la presión política interna”, según cita The New York Times.
A inicios de este año se supo que Estados Unidos pidió a los países latinoamericanos que donen a Ucrania sus armamentos comprados a Rusia. La sugerencia era específicamente para Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, México y Perú. Sin embargo, los tres primeros se negaron a cumplir las órdenes norteamericanas.
Por ejemplo, el presidente colombiano, Gustavo Petro, afirmó en la última cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que tienen armas de procedencia rusa, pero estaban dañadas y en cuanto a la solicitud de Laura Richardson, fue tajante.
“Yo le dije que nuestra Constitución tiene como orden en el terreno internacional la paz, y así quedará eso, como chatarra en Colombia, no entregábamos las armas rusas para que se llevaran eso a Ucrania a seguir una guerra”, apuntó.
Argentina, Brasil y México tomaron posiciones similares, mientras que Ecuador y Perú no se habían referido directamente sobre el tema.
Estados Unidos hizo el llamado a la donación de armamento ruso porque son los equipos que más conocen las tropas ucranianas. Sería más rápido que se entrenen con aquellas armas, que con las más modernas que proveen los socios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).