Kamala Harris llamó este miércoles a Donald Trump para felicitarlo por su victoria en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, en las que este se impuso tras una ajustada campaña.
La candidata demócrata habló con Trump sobre la importancia de un traspaso de poder pacífico y de ser un presidente para todos los estadounidenses, informó un asesor de la vicepresidenta.
Esa llamada se produce poco antes de que Harris acuda a la Universidad de Howard para dirigirse al país y pronunciarse sobre los resultados.
Estaba previsto que esa intervención se produjera el martes al final de la jornada electoral, pero se pospuso a hoy alegando que todavía se estaban contando votos y que había estados que aún no estaban decididos.
Para entonces, la desventaja de Harris sobre Trump era evidente y el público que acudió a ese centro universitario del noroeste de Washington, donde ella estudió, lo había prácticamente abandonado.
Según las previsiones de medios CNN o NBC News, y a la espera de que se conozca el recuento en los estados clave de Nevada y Arizona, Trump ha logrado ya 292 de los 270 delegados del Colegio Electoral necesarios para declararse ganador, frente a los 224 de Harris.
Los estadounidenses esperaban que el resultado demorara quizás días y temían un estallido de violencia en el caso de que perdiera.
Estaban equivocados. Como en 2016, la incertidumbre de la noche electoral duró poco. Trump ganó dos de los siete estados claves, Georgia y Carolina del Norte, seguido de Pensilvania. Remató con Wisconsin, enterrando las esperanzas de Harris. Y horas más tarde, Míchigan.
Según una encuesta a boca de urna de NBC News, los latinos y los afroestadounidenses han contribuido al triunfo, votando más por él que hace cuatro años.
"Hemos hecho historia", proclamó Trump, de 78 años, a sus seguidores en West Palm Beach, Florida, rodeado de su familia, incluida su esposa Melania.
"Vamos a ayudar a nuestro país a sanar", añadió el magnate, que logró convencer a los estadounidenses de que los entiende mejor que nadie.