El 19 de Julio, el medio digital La Posta daba a conocer a todo el país que un grupo de criminales cibernéticos, habrían logrado instalar de forma exitosa un software malicioso en el sistema informático de la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT). El programa de los atacantes habría logrado bloquear el acceso a una importantísima cantidad de datos de CNT, mediante la alteración de estos, hasta volverlos irreconocibles. Este proceso se conoce como encriptación.
Dentro de la información comprometida, según la publicación del mismo medio digital, podría encontrarse documentos de gran valor para el país, como por ejemplo la información de la Secretaría de Inteligencia, puesto que CNT sería responsable de las bases electrónicas de datos de gran parte del sector público. Los delincuentes informáticos habrían pedido decenas de millones de dólares para no eliminar, o difundir, toda la información comprometida.
Esta impactante noticia, más allá del enorme riesgo que representa para todos los ecuatorianos, invita a reflexionar si el país está realmente preparado para enfrentar los problemas que surgen en la era tecnológica que vivimos. Sobre el tema en cuestión, el Ecuador no estaría en capacidad de proveer soluciones rápidas y efectivas a ataques cibernéticos de este tipo, según especialistas como Santiago Acurio, vicepresidente de la Asociación de Ciberseguridad del país, puesto que aún no habríamos suscrito convenios internacionales en la materia.
Otro factor imprescindible para considerar es la creciente dependencia externa del Ecuador para poder resolver problemas de índole tecnológico. Mientras países como Israel, conocido como la “nación startup” por la gran cantidad de emprendimientos que genera, ha logrado crear mediante su ecosistema de innovación más de 300 emprendimientos tecnológicos de ciberseguridad, los cuales producen anualmente más de 6.5 billones de dólares en beneficio de la economía de este país, el Ecuador ni siquiera cuenta con un plan para desarrollar de forma técnica su propio sistema de apoyo a la innovación y emprendimiento tecnológico local.
Mientras nuestros gobernantes se enfoquen únicamente en megaproyectos como la refinación de productos primarios, tales como el petróleo y la minería, seguiremos sumidos en el oscurantismo tecnológico que vivimos, el cual cada vez irá aumentando producto de la innovación a nivel internacional. Quizás es momento de que el Ecuador empiece a entender lo que otros países comprendieron hace varias décadas: En la era tecnológica, apostar al talento humano es invertir en el progreso real y definitivo de un país. La Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación, SENESCYT, juega un rol fundamental en este aspecto. Todavía está por verse cual será el plan de esta cartera de Estado en el Ecuador del encuentro.