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Gabriel Rovayo

Con la autonomía de Cataluña

jueves, 5 octubre 2017 - 12:09
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    Las voces que piden que Cataluña inicie su  proceso de separación de España se oyen  cada vez más. Y en las últimas semanas  parece inminente que el Gobierno español se verá  obligado a llamar a los españoles a las urnas para  votar en un referéndum que decida si Cataluña  continuará siendo territorio español o no.
     
    Estamos viviendo un capítulo histórico, que hará  que muchas cosas cambien en el futuro de la Unión  Europea y en el mundo. Es claro que Cataluña tiene  potencial de sobra para ser independiente también  en lo económico. Sin embargo, en estos tiempos que  corren, de inestabilidad e incertidumbre económica,  es posible que al nuevo país le sea difícil financiarse  en los mercados y afrontar el pago de su deuda. Algo  que, por mucho tiempo, frenó sus intenciones de  separarse de España por algunas décadas.
     
    Hace pocos días, el editorial de The Economist  fue contundente al respecto. Entre otras cosas, esta  prestigiosa publicación británica dijo: (…) Cataluña  “goza de un nivel de vida superior a la media  tanto en España como en la Unión Europea”, (…)  y además tiene “más autogobierno que casi cualquier  otra región de Europa”.
     
    También señala que:  “Sin embargo, la mayoría de los catalanes están  descontentos con su suerte, ya que creen que el Estado  les quita demasiado dinero y que no respeta su  sentimiento de identidad, lo que ha derivado en la  situación actual”. Para este semanario especializado  en economía, Mariano Rajoy se ha equivocado al  suponer que el tiempo y la recuperación económica  curarían el descontento de los catalanes. Algo que la  mayoría de quienes respaldan el proceso separatista  creen a pies juntillas.
     
    Hay una interrogante que se impone por sobre  muchas otras, respecto a si conviene o no que  Cataluña alcance la autonomía de España. Y esta  es: ¿Qué pasará con la economía catalana, una vez  siendo autónoma? En mi opinión, dado que Cataluña  tiene un PIB de 250 mil millones de dólares,  para una población de un poco más de siete millones  de habitantes, en un territorio de 32 mil kilómetros  cuadrados, podría lograrlo sin problemas.
     
    La economía catalana es dinámica, diversa y fuerte.  Eso es, entre otras cosas, lo que ha impulsado  su movimiento separatista. Los líderes catalanes  están seguros de que lo pueden lograr solos. 
     
    El otro lado de la moneda es: ¿Podrá España  mantener su nivel económico sin Cataluña?  Antes de la crisis, que empezó en 2009 y de la  cual no termina de recuperarse, España estaba  considerada la quinta economía europea. Y su  PIB era de 1.250 mil millones de dólares. Pero  la crisis no ha menguado y el último reporte del  PIB, que data de 2012 arrojó que el PIB solo había  aumentado en un 0,32 por ciento.
     
    Pienso que es mucho lo que perderá España  al perder Cataluña. Esta última parece tener  mucho más claro su panorama, o al menos están  dispuestos a pagar el precio económico que su  autonomía requiera.

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