Carlos Rojas Araujo

¿Qué hará Guillermo Lasso?

viernes, 19 mayo 2017 - 11:08
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    Durante la campaña electoral, Guillermo Lasso dijo estar orgulloso de haberse convertido en un político a tiempo completo. Como se cansó de ver los partidos y sus patriarcas fracasar en la conducción del país, dejó su zona de confort para buscar el cambio desde la Presidencia de la República. 

    Lasso perdió las elecciones por muy pocos votos. Pero como lo argumenta el columnista Felipe Burbano de Lara, en diario El Universo, el candidato y su movimiento CREO se deslizaron en el “terreno pantanoso” del supuesto fraude electoral del 2 de abril, perdiendo las perspectivas de todo el poder político que ese día amasó su candidatura. 

    Los datos matemáticos son contundentes. Entre la primera y la segunda vuelta, la votación de Guillermo Lasso creció en un 82,2%, mientras que la de Lenín Moreno solo subió en un 36,2%. Sin tomar en cuenta a Manabí, provincia que apoyó abrumadoramente al Gobierno, el candidato de CREO supera a Alianza PAIS con más de 100.000 votos a nivel nacional.
     
    Si Lasso ha hecho de la política el proyecto de su vida, debe asumir el encargo que el Ecuador le hizo el 2 de abril: liderar a la oposición.  
     
    Aquello empieza por sacarle provecho a su bancada de 34 asambleístas. La tarea fiscalizadora, de propuesta legislativa y de interpretación de la realidad nacional requiere de organización, talento y disciplina. Lasso tendrá que estar, desde el inicio de este nuevo período legislativo, cerca de sus cuadros para que la bancada unida trascienda frente a los graves episodios políticos que se vivirán en la Asamblea, por cuenta de un país dividido y con grandes pasivos económicos. Si Lasso no comanda su bloque, este corre el riesgo de desgranarse en el primer año... 
     
    La economía y la fiscalización serán los temas más importantes de la nación y Lasso tendrá que plantear una agenda al respecto, con el mismo ímpetu con el que articuló su campaña presidencial, invocando esa idea de unidad política para escrutar al Gobierno saliente, pues su sucesor hará muy poco al respecto. 
     
    Si CREO se define como una agrupación con ideas modernas, que enarbola las tesis de la economía liberal y el respeto por los principios democráticos, será consciente de que su misión está por encima de cualquier derrota electoral. Total, Rodrigo Borja, Sixto Durán-Ballén y Abdalá Bucaram llega ron a la Presidencia en el tercer intento.
     
    Y en ese campo de lo ideológico, la disputa con el Partido Social Cristiano no está cerrada. Las últimas apariciones de Jaime Nebot, cuestionando a CREO por el mal manejo de su hipótesis del fraude, demostraron que sí acusó el golpe –injusto o no– de la opinión ciudadana que le demandaba la unidad del centro derecha. Luego, el líder del PSC anticipó que la pelea por la Alcaldía de Guayaquil será ardua, donde el correísmo y hasta el retorno del expresidente Abdalá Bucaram pueden pesar de manera sorpresiva. 
     
    CREO no podrá conformarse con un papel de reparto en esas elecciones ni en las de Quito, ciudad que se ha convertido en su fortín electoral.
     
    El tiempo para asimilar los resultados del 2 de abril terminó y Lasso, si quiere mantenerse vigente, tendrá que curtir su imagen de líder de la oposición y de político a tiempo completo.  
     

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