Alfredo Pinoargote

Sonnenholzner

sábado, 18 julio 2020 - 12:02
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    Por Alfredo Pinoargote
     
    El paisaje electoral de las elecciones presidenciales ha empezado a aclararse. No serán  candidatos Jaime Nebot ni Rafael  Correa; correrán Guillermo Lasso y  Otto Sonnenholzner.
     
    Jaime Nebot ratificó su decisión  de no ser candidato, tomada hace 22  años. Aparentemente el aislamiento  social y estar cuatro meses encerrado con su familia, fortaleció su decisión. Pero tiene una inmensa cuota  de poder que cuidar, como gran elector del mayor distrito electoral de la  república. Esa cuota, con varios gobiernos, ha estado bien resguardada  por 17 años consecutivos con León  Febres-Cordero y él en la alcaldía; con  Cynthia es otro cantar.
     
    Esta transición indicaría que la  heredera de los líderes socialcristianos preferirá seguir en la alcaldía y  no correr por tercera vez como candidata presidencial para remolcar lista de asambleístas. En consecuencia,  es urgente apoyar a un candidato que  no sea del PSC ni tampoco Guillermo  Lasso. Así madura un rumor con Otto  Sonnenholzner y reverdece una vieja  estrategia aplicada con Jamil Mahuad.
     
    Entre tanto, se quedan cortos  los aires que le dan en primera vuelta un espacio al candidato de Rafael  Correa, pues la promoción de la candidatura de Correa a vicepresidente carece de piso constitucional y solo persigue promover a su candidato.
     
    Es claro el mandato constitucional: quien no puede ser candidato a  la reelección presidencial porque ya  ha sido reelegido dos veces, como Correa, tampoco puede ser candidato a  vicepresidente porque se lo elige solo para reemplazar al presidente. Por  tanto, como la sentencia condenatoria  en su contra aún no se ejecutoría, puede ser candidato a asambleísta. Pero  como tiene orden de prisión preventiva, solo podría inscribir candidatura  a asambleísta por los migrantes en un  consulado donde no puede ser apresado. Esa candidatura le serviría de caballo de batalla para hacer pálida campaña electoral a favor de su candidato.
     
    En este contexto brota la postulación de Otto Sonnenholzner por el  partido que fundó Rafael Correa, que  ha ganado las cuatro últimas elecciones presidenciales, y apoyado por el  gran elector de Guayaquil, cuyo partido ha jugado en la asamblea decisivamente, apoyando y absteniéndose  de apoyar a la mayoría móvil que da  gobernabilidad a Lenín Moreno. Gobernabilidad que permite incrementar deuda externa sobre límite legal  y anunciar, el mismo día que Otto renuncia a la vicepresidencia, que se ha  renegociado tramo de deuda externa  con período de gracia para los cuatro  años del sucesor, que tendría recursos para pagar la deuda interna.
     
    Quedan por verse si prende un  candidato con la misma edad de Jaime Roldós, ante la oferta rutinaria  de una vieja guardia que ofrece experiencia pero que de entrada no entusiasma. También si los votos del gran  elector de Guayaquil son todos transferibles a su candidato, cuando también tercia el guayaquileño que en las  urnas ganó a Rafael Correa y al arroz  verde del estado candidato.  Las frutas empiezan a moverse. 

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