ACUERDO NACIONAL
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El gobierno ha convocado a un acuerdo nacional. Definir definir objetivos mínimos que superen las discusiones repetitivas y la temporalidad de los gobiernos. Difícil, pero, no imposible, como se ha probado en otros países.
Un ejemplo. En la década de los 50, la República de Irlanda que ocupaba una parte de la isla, no podía considerarse un país rico ni un país excesivamente pobre. Era libre politicamente, pero no avanzaba hacia ninguna parte.
Arrancó con un acuerdo nacional que puso énfasis en los principales factores del desarrollo: vigencia de la moral pública que puso a la sociedad -relativamente- a salvo de la corrupción, disciplina política de transparencia y democracia, institucionalización del Estado, decisiones económicas pragmáticas, educación reforzada para incorporar tecnología y forjar una mano de obra bien formada, un sistema de subsidios para la agricultura y de excención fiscal completa durante diez años para las empresas industriales que quisieron establecerse en el país. Apertura al mundo a través del Mercado Común Europeo. Y mas.
El acuerdo ecuatoriano podría considerar estos factores y muchos mas, pero, necesita un liderazgo fuerte con gran capacidad de convocatoria. La caida de los niveles de propularidad del Presidente Moreno no favorece a este propósito.
Aunque se han tomado decisiones políticas y económicas importantes y se está atacando la corrupción heredada, no se ha logrado consolidar ese país que quisiéramos para el futuro cercano. Seguimos en la transición, pero, ojala los diálogos logren sentar alguna base. Que nadie diga que no vamos a ninguna parte.
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