Alegría Crespo

Lo urgente en nuestra mente

lunes, 15 agosto 2022 - 17:04
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    Para mí, la palabra “urgente” es aterradora. La relaciono con el accidente de aviación que tuvo mi familia en 1998 y ese momento recibí una llamada como “urgente”, la cual cambió mi vida, y la de mi familia, para siempre. A partir de esta experiencia, puedo discernir y darme cuenta que “urgente” sube mi cortisol a tope y me paraliza. Mis seres cercanos saben que no deben usar ese término porque se los he pedido y saben que me pone ansiosa. Pero, existen muchas ocasiones en las cuales perdemos el control sin saber por qué y, posiblemente, es difícil identificar de dónde viene ese disparador del cortisol.

    El cortisol, la hormona del estrés, puede ser un veneno para nuestra salud si se genera en grandes cantidades. Es una hormona segregada desde la hipófisis en el cerebro.

    Es la hormona que se nos activa ante un momento de amenaza, de miedo, de estrés; es cíclica, baja por la noche para que podamos descansar y sube durante el día para mantenernos alerta. Cuando el cortisol invade la amígdala y la secuestra, podemos reaccionar de forma impulsiva y descontrolada. Debemos tomar en cuenta que el pico de esta hormona, tarda seis horas en bajar, por tanto, te deja secuelas. Si te preguntas si hay una pastilla para bajar el cortisol, no la hay. Sin embargo, la buena noticia es que podemos contrarrestarla.

    Es importante investigar y darnos cuenta qué dispara el cortisol, el estrés magnificado, en nosotros. Por el contrario, la oxitocina, que es la hormona de los vínculos, a través del abrazo, la mirada, la escucha activa, baja el cortisol. La oxitocina es la pomada para esa herida generada por el cortisol, que nos quita el control.

    Cuando tenemos estimulado el cortisol de forma crónica, afecta nuestro sistema inmune. Cabe hacer hincapié en que después de una pandemia y dos paros nacionales, las secuelas se hacen evidentes en la irritabilidad, sensibilidad y ansiedad de la población.

    La sobreexposición al cortisol pueden alterar casi todos los procesos de tu cuerpo. De esta manera, se incrementa el riesgo de padecer muchos problemas de salud, tales como ansiedad, depresión, problemas digestivos, dolores de cabeza, entre otros igual o más complejos.

    La oxitocina fortalece nuestro sistema inmune, por tanto, hay que potenciarla. Adquirir nuevos hábitos de vida es esencial. Ir a terapia y hacer esa inversión es básico. Hacer deporte, comer sano, escuchar buena música, tener espacios de ocio, mantener calmada la mente, rodearnos de personas que nos hacen bien, tener el mejor ambiente laboral posible, son ingredientes de una receta de vida sana.

    Se ridiculiza muchas veces la actitud positiva, pero es clave para la salud. Finalmente, la vida es una y si el cortisol gana la carrera a la oxitocina, debilita nuestro sistema inmune y nos enferma. Queda en nosotros ponernos las pilas y generar oxitocina, saber decir “no” a lo que nos hace daño y “sí” a lo que nos hace bien, satisfacer nuestras expectativas y dejar de lado las de los demás. Eso, mi querido lector, eso sí es urgente.

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